El director técnico de la escudería Red Bull declaró que durante los primeros años de la era híbrida estuvo tentado a dejar al equipo austriaco para unirse a Ferrari en vista de que Renault, el proveedor de motores para aquel entonces, nunca mostró verdadero interés en competir contra Mercedes. Newey, considerado el más grande diseñador de las últimas décadas, manifestó que para el 2014, desde Maranello le ofrecieron una oferta por más del doble de lo que ganaba junto a Red Bull, así que tuvo en qué reflexionar durante varias semanas.
El tema no es novedoso, pero las palabras de Newey siempre resultan interesantes porque suele abordar estas situaciones desde una perspectiva distinta a la del resto de los involucrados. Ciertamente, Red Bull y Renault resultaron exitosos durante la era V8, para entonces los motores estaban congelados en su desarrollo y la diferencia entre monoplazas era dictada por la aerodinámica, pero al pasar a los V6 turbo híbridos, la fórmula ganadora se desvaneció, en gran parte porque el fabricante francés entregó un motor de muy bajo rendimiento para las exigencias de una escudería acostumbrada a ganar.
Explicó que justamente el déficit de potencia, y la indiferencia de Renault en mejorar su producto, le llevó hasta un punto de desilusión que le llevó no solamente a considerar la oferta de Ferrari sino también la de retirarse de la Fórmula 1 tras observar lo que sucedía en pista. En Red Bull se sentía atrapado ante la ausencia de alternativas a Renault, pero no deseaba apartarse de la escudería donde se ha sentido más cómodo en su trayectoria. Por tal razón se apartó de sus funciones para dedicarse al diseño del Aston Martin Valkyrie y a la participación en la Copa América de Vela junto a Ben Ainslie.
Así que mientras Renault estuvo como proveedor en la era híbrida, Newey se dedicó a otros asuntos, de allí los rumores de su retiro como director técnico. Sin embargo, cuando Red Bull firma su asociación con Honda decide regresar a su cargo para contribuir al campeonato de pilotos de Max Verstappen, hecho que significó el fin de la hegemonía de Mercedes en ese apartado en particular durante la era híbrida. Con Honda sentía el impulso y la motivación que necesitaba para progresar, en cambio con Renault observaba a un grupo de personas interesadas en el marketing y no en ganar.
En palabras de Adrian Newey:
Si tienes un socio de motor que entrega una unidad de potencia que está por debajo de sus competidores, pero muestra un deseo real y una voluntad de arreglarlo y seguir adelante, entonces lo aceptas. Pero uno que no reconoce que está atrasado y no parece estar interesado en hacer nada al respecto es distinto. Así que me hizo perder la motivación. En ese entonces estaba bastante desilusionado con todo el asunto, obviamente casi me uní a Ferrari, pero no lo hice.
Vía | The Race