Cuando sumas tu decimotercer Dakar pocos retos te pueden faltar por completar en el rally-raid más duro del planeta. Stéphane Peterhansel hace ya tiempo que se ganó por derecho propio el lucir su sobrenombre de Monsieur Dakar en cada rincón del planeta, tanto en África como en Sudamérica. Ganar en seis ocasiones en la categoría de motos y siete en coches, deja abierta la siguiente pregunta: ¿Cuál es el siguiente paso para el piloto francés?
A pesar de acumular tuaregs, Peterhansel también deberá esperar a la decisión de Peugeot, al igual que Sainz, Loeb y Despres. La firma del león se embarcó en 2015 en un proyecto a tres años que se cumplía con esta tercera participación en el Dakar y las posibles participaciones en pruebas sueltas de la Copa del Mundo FIA de Rallyes Cross-Country este año. Lo lógico sería seguir al menos un año más y aprovechar el trabajo excelente realizado con el 3008 DKR, sin embargo, el interés por volver a la resistencia llama a la puerta de Bruno Famin.
Participando en el Dakar desde 1988 de forma prácticamente ininterrumpida, pocos retos le quedan por completar a Peterhansel, aunque él sigue a sus 51 años con las mismas ganas de seguir agrandando su leyenda. Las alternativas a Peugeot están claras. Toyota o MINI (las dos semioficiales) se pelearían por contar con el 13 veces ganador entre sus filas. En el caso de Sven Quandt, recuperar al hijo prodigo sería un revulsivo, tal vez para afrontar un nuevo proyecto en lugar de seguir reciclando una y otra vez el MINI All4 Racing y ponerle una carcasa distinta.
El Dakar de 2018 sería su 29ª participación o, mejor dicho, será su 29ª participación, porque casi nadie duda a estas alturas que volverá a estar en la salida protocolaria el enero del año que viene de no surgir un motivo de fuerza mayor. Sólo queda por saber cuál será su montura. Él mismo ha reconocido que los nuevos camiones de la categoría T4 lo atraen, a pesar de que no quedó 100% convencido tras probar una de las unidades del equipo de Gerard De Rooy antes de fichar por Peugeot Sport.
Sería completar la triple corona, el luchar por conseguir la victoria en las tres categorías más prestigiosas y conocidas del Dakar. La otra alternativa sería algo más arriesgada, pero no un reto menor: competir dentro de la sección recién creada para los UTV. Recordemos que Peterhansel ya participó en la Baja Italia con un SSV de Yamaha, marca que lo tiene como embajador de lujo. En aquella ocasión lo hizo con su esposa, Andrea Mayer (también ex-participante del Dakar), de copiloto… Pensar hacer una edición en pareja tal vez sea un reto aún mayor.