El Extreme E sigue dando pasos hacia su debut, mostrándonos una competición alternativa, que rompe prácticamente con todos los moldes de otras carreras internacionales y con una hoja en blanco como plan que muchas veces solo se puede lograr creando algo completamente desde cero. Presentado el ODDYSEY 21, con exhibición dinámica incluida en la que participó una entusiasta Mikaela Åhlin-Kottulinsky (también Gil de Ferran), nieta de Freddy Kottulinsky, ganador del Rally Dakar en 1980 con el Volkswagen Iltis, dentro del comunicado del campeonato se dejaba entrever algunos detalles prometedores para el futuro.
Con su debut programado para 2021, el Extreme E contará con un coche base que tendrá una potencia de 400 kW para 1.650 kg de peso total del conjunto y una aceleración 0 a 100 km/h que se debería establecer en torno a los 4,5 segundos. Theophile Gouzin, director técnico de Spark, apuntó a que estaríamos frente a unos vehículos que, gracias a sus dos motores eléctricos, baterías firmadas por Williams y tracción total, estaría en condiciones de retar las cifras de potencia y par máximo de los coches del WRC y de las principales monturas de la disciplina de los rally-raids.
Obviamente, con recorridos de entre 6 y 10 kilómetros (200 km de autonomía en modo no competitivo), no se necesitan grandes baterías para mantener el nivel de prestaciones, lo que ha permitido por tanto reducir el peso lo máximo posible. Sin embargo, lo más interesante de este anuncio realizado en el marco del Festival de la Velocidad de Goodwood es que los equipos tendrán la opción de modificar algunos elementos como las ópticas, paragolpes, capó motor o las taloneras laterales, así como utilizar sus propios trenes motrices.
Precisamente esta última posibilidad deja abierto a que haya equipos que decidan apostar por motorizaciones distintas, entre ellas, la pila de combustible, para la cual el propio Alejandro Agag en declaraciones a Reuters ha dejado la puerta completamente abierta al considerarla como una opción que se adapta a la perfección a este tipo de series. Recordemos que el ACO y la FIA ya han comenzado con su “Mission H24”, la cual pretende llevar al hidrógeno a las 24 Horas de Le Mans de 2024. Aunque tanto el TCR como el World RX exploran el futuro eléctrico, ha sido la hibridación la que ha cogido impulso durante los últimos meses gracias al interés del DTM, WRC, BTCC, NASCAR o DPi.
Creo que es una bestia eléctrica la que hemos creado y tiene el carácter perfecto para el campeonato que queremos crear. Una vez que el hidrógeno esté listo, nosotros abriremos las series al hidrogeno. Creo que este es un campeonato al que se adaptaría muy bien la pila de combustible. Creo que es importante estar en cada tecnología … creemos en cualquier tecnología que pueda impulsar un motor eléctrico o tener movilidad limpia. El objetivo aquí es ese.
Los test comenzarán ya el próximo mes de septiembre y las primeras unidades del ODYSSEY 21 están programadas que lleguen a manos de los equipos (por ahora solo está confirmado Venturi, aunque se habla de 25 propuestas de distintas formaciones) el próximo mes de marzo. La primera temporada debería tener una cita en el Amazonas, otra en el Himalaya y una en el Sahara, aunque el propio Agag reconoce que le falta todavía el escenario para las otras dos: “Todavía estamos explorando el mundo en busca de la ubicación del océano, que está relacionada con la contaminación del plástico y la ubicación polar”.