Trabajo bien hecho. Si hay una conclusión a la que he llegado tras probar la edición de este año del videojuego del Mundial de Rallyes es esa. Kylotonn Games y Bigben Interactive han sabido pulir los defectos con los que ha contado en el pasado dicha saga a través de sus distintos desarrolladores, .ofreciendo un «WRC7 – The game» que se muestra como el mejor videojuego con licencias oficiales de la actual generación de consolas y PC. Estará a la venta a partir de mañana, 15 de septiembre, para PC, Xbox One y PlayStation 4.
Se nota ese año de trabajo que hay detrás y la experiencia acumulada después de desarrollar también el videojuego de la pasada temporada, el cual ya experimentaba un gran salto respecto al WRC5, primer título a cargo de los desarrolladores parisinos de Kylotonn y la distribuidora, también francesa, Bigben. Una vez encontrada la interfaz, HUD y la base del juego que contentaba a los jugadores, el trabajo de este año se ha centrado en potenciar unos elementos que ya se empezaban a vislumbrar en el WRC6.
Las claves del «WRC7 -The Game» se centran no sólo en la llegada de los nuevos coches (único videojuego que puede presumir de contar con las licencias de los World Rally Cars 2017), los cuales además tienen un modelado bastante preciso, sino que son los tramos los que presentan el verdadero reto. Los aficionados se encontrarán localizaciones más que conocidas, no sólo por los nombres, también por la fisonomía de los itinerarios, los cuales cuentan con las características de las especiales en las que compiten los pilotos del campeonato intercontinental. Pero aprovechemos la oportunidad de haberlo podido probar unas horas antes de su lanzamiento para desgranar lo que nos trae este nuevo videojuego oficial del Mundial de Rallyes.
Los nuevos World Rally Cars 2017, a prueba:
Si esta temporada ha tenido como gran atractivo la llegada de los nuevos World Rally Cars bajo el nuevo reglamento técnico, el juego no podía ser menos. Más potentes, ligeros y con una mayor carga aerodinámica. Todas estas características se los protagonistas del WRC 2017 han sido llevadas al apartado virtual. Si lo comparamos con el WRC6, nos encontramos con coches que dan una mayor sensación de velocidad, pero también cuesta mucho más hacerlos derrapar. Se recurre entonces a una forma de trazar mucho más fina, menos trabada, mientras que, en las horquillas, especialmente sobre asfalto, el uso de freno de mano es más que necesario para ayudar a redondear la curva.
Los errores se pagan caros, no sólo en forma de accidentes y de problemas mecánicos, sino que una salida de pista o una pequeña excursión por el exterior hace que los segundos se te escapen, reduciéndose mucho la velocidad y reflejándolo en los cronos finales. El WRC7 cuenta con los cuatro coches oficiales de la temporada 2017 (Citroën C3 WRC, Ford Fiesta RS WRC, Hyundai i20 WRC Coupé y Toyota Yaris WRC), pero además completa la oferta con los vehículos del WRC2 y los Ford Fiesta R2T del JWRC.
Los nostálgicos están de enhorabuena, ya que los WRC con especificaciones de 2016 también tendrán su espacio y no sólo a través de los competidores de la Copa FIA para privados, sino por la presencia de todos los WRCars de 2016 como complemento, incluido el Volkswagen Polo R WRC. Además, para los que reservaron el juego, se encontrarán con el extra del Porsche 911 RS R-GT de Romain Dumas, por el momento, único vehículo de dicha categoría presente.
En cuanto a los apartados de gráficos y sonido, en el primero, la reproducción 3D de los nuevos World Rally Cars está bastante lograda en su conjunto (incluida la compleja zaga del Yaris WRC), aunque vuelve a padecer del mal ‘de las ruedas irreconocibles’, con un modelado de llantas que no se asemeja al de las reales, algo que afecta negativamente a la experiencia visual para los jugadores más quisquillosos. En lo que respecta a la resolución de las ruedas en movimiento tampoco está a la altura del buen trabajo de diseño que tienen los coches, e incluso se echa de menos algunas animaciones básicas cuando se visualizan las cámaras onboard, en las que por ejemplo no se aprecia el movimiento de los dedos para accionar las levas de cambio o el trabajo de los pies. Detalles, que con el tiempo y las distintas actualizaciones esperemos que sean solventados.
Sí se aprecia muy bien por ejemplo el paso de los kilómetros sobre el coche, especialmente en tramos de tierra o barro, en los que se aprecia cómo se va depositando la película de suciedad sobre la carrocería o el parabrisas. En lo concerniente al sonido, quizás tendría que escucharse más el sonido del turbo, especialmente en las retenciones, aunque sí es evidente el bramido más ronco de los nuevos motores. El chirrido del sistema de frenos en fuertes deceleraciones ayuda a meternos en el papel.
Los tramos, gran aliciente del WRC7 – The Game:
Aunque parezca contradictorio al ser el único juego con los coches de 2017, tengo que reconocer que han sido los tramos lo que más me ha llamado la atención de este WRC7 – The Game. En la anterior edición ya pudimos ver recreaciones de algunas especiales, especialmente las superespeciales, las cuales estaban reproducidas fielmente. Sin embargo, aquí se da un paso más en unos recorridos que claramente han ganado también en detalles y la ambientación.
Se cumple con algo que han exigido los aficionados durante mucho tiempo: es posible reconocer en qué rally estás corriendo sin necesitar haber visto el nombre. Las carreteras con hielo de Monte-Carlo, la nieve (muy resbaladiza en esta ocasión) de Suecia, el espectacular inicio de «El Cóndor-Copina» del Rally de Argentina, los marcados cambios de rasante del Ouninpohja en Finlandia, el bacheado asfalto de Córcega o el enrevesado y sucio Arena Panzerplatte (la versión del tramo espectáculo) del Rallye de Alemania. Todas y cada una de ellas con sus características y con la necesidad de encontrar el ritmo adecuado para cada tipo de superficie y tramo.
Especialmente me ha convencido la experiencia de las ‘Super Stage’, tramos de más de 10 kilómetros que corrían el riesgo de ser repetitivos o con insulsas zonas de rectas que completasen el expediente. Ni mucho menos. En versiones como la del Rallye de Monte-Carlo, afrontamos el Aspres les Corps – Chaillol de 18,70 kilómetros de longitud que te obligará a mantener la concentración desde el inicio hasta el fin, combinando en un mismo recorrido pasos por secciones más abiertas con mucha nieve, poblaciones e incluso las ya tradicionales horquillas, obligando al jugador a adaptarse a cada una de las secciones. Un gran punto a favor en una época en la que la mayoría de desarrolladoras que se embarcan en un juego de rallyes se están empleando a fondo en este apartado vital para el éxito de un título.
Jugabilidad, mejor con volante y en primera persona:
Como siempre se suele decir en los videojuegos de carreras, es preferible jugarlo con un buen periférico, en este caso con un volante y una pedalera, con la opción de elegir el cambio de levas con el que vienen ya la mayoría de productor u optar por el clásico cambio en H. Los jugadores más casuales pueden optar por el mando, o en el caso del PC, por el teclado, sin embargo, se pierde gran parte del atractivo y lo convierte en un juego mucho más arcade. Siempre tenemos que tener en cuenta esto, no es un simulador 100%, es un videojuego al que se le puede dar una vuelta de tuerca y aumentar la dificultad para poder darle sensaciones más realistas.
En un principio puede costar acostumbrarse, pareciendo incluso que los coches se mueven a tirones, de forma muy seca, especialmente en el caso de los WRC 2017. Los que cuenten con algo de bagaje en la franquicia y en otros juegos de rallyes se adaptarán con celeridad a las nuevas velocidades y reacciones de los coches, los cuales, como hemos dicho anteriormente, te obligarán a un ‘pilotaje’ mucho más limpio. Como gran acierto para los más exigentes, los desarrolladores han decidido eliminar los splits, siguiendo la medida que tomó el campeonato hace dos años para dar más emoción al campeonato. Esto en cambio supondrá un periodo de adaptación ya que no tendrán referencias de si están yendo rápido o no hasta llegar a la meta.
Para completar la experiencia, la cámara interior y más concretamente la del volante es la opción correcta, sin embargo, es cierto que en pantallas pequeñas y en tramos de tierra o muy revirados, es difícil no perder visibilidad en ciertas secciones, especialmente cuando el parabrisas empieza a ensuciarse. Muchos, como es mi caso, solemos recurrir entonces a las cámaras del capó o del parachoques, dos vistas que permiten rodar rápido con un buen rango de visión espacial.
El copiloto, vital en los rallyes y en los juegos de este género, también mejora, mostrándose más preciso y dando sus indicaciones con algo más de margen (se puede de nuevo cambiar dependiendo si se quiere que vaya más adelantado o retrasado). Se han eliminado algunas indicaciones poco realistas que aparecían en WRC6 y a pesar de que le falta algo de entonación, la voz elegida en castellano es correcta.
En notas generales, se puede pulir el apartado gráfico (en nuestro caso lo hemos probado en la versión de PlayStation4 de primera generación) y el sonido, incluso se puede dar un poco más en cuanto a las sensaciones de conducción. Esto no evita que la inercia positiva que se traía del juego del año pasado prosiga en este WRC7 – The Game y que deje entrever un futuro positivo para el título si se sigue con este trabajo de cara a 2018. Por el momento, el juego de este año nos dará unas cuantas horas de diversión y supondrá un buen reto para aquellos que lo jueguen en ‘simulación’ y busquen superarse una y otra vez.