En el paddock del circuito de Jeddah se dejó entrever que el Fondo Soberano de Arabia Saudita comprará las acciones que ha puesto en venta Lawrence Stroll para asumir la propiedad de la escudería Aston Martin, lo que de inmediato haría que el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el mismo que contrató a Cristiano Ronaldo y al golfista Jon Rahm para que hicieran vida en Arabia, ofrezca a Max Verstappen un sueldo estratosférico, unos 88 millones de dólares al año como base, para que se una a Aston Martin a partir de 2026, en un contrato que abarcaría tres temporadas. Por supuesto que los capitales árabes estarían dispuestos a desembolsar lo que haga falta para lograr sus objetivos.
Según reseñó La Gazzetta dello Sport, el desembarco de Max Verstappen a Aston Martin sería el mejor contrato para algún piloto en la Fórmula 1 y lo que está ocurriendo tras bastidores, con el campeón holandés mostrando inconformidad con Red Bull y admitiendo públicamente que desea permanecer junto a Honda, no hace más que acentuar los rumores sobre el movimiento. Al estar involucrado dinero árabe en la negociación, la posibilidad de observar a Verstappen vestido de verde es factible sobre todo porque el proyecto de 2026 estaría sustentado sobre Adrian Newey y los motores Honda, con quienes el piloto holandés ha trabajado en Red Bull con resultados muy exitosos.
Durante las últimas semanas se ha especulado que si bien Verstappen tiene contrato con Red Bull hasta la temporada 2028, existe una cláusula en su contrato que le liberaría si se muestra inconforme con el rendimiento de su monoplaza. El equipo Red Bull bajo el cual se firmó el pacto está muy lejos de ser el actual, han salido varias piezas importantes, y además existe una marcada preocupación por la unidad de potencia que el equipo de Milton Keynes está desarrollando junto a Ford. La semana pasada en Bahréin se observó a Raymond Vermeulen, manager de Verstappen, discutiendo con Helmut Marko sobre lo acontecido durante el gran premio.
Las especulaciones siguen en el ambiente y se espera que cuando entren en escena los millones de petrodólares se caigan unas cuantas máscaras.
