Apenas unos días después de anunciar que dejará el DTM para centrarse en los GT Augusto Farfus dio una nueva alegría a BMW. El piloto brasileño arrasó en Macao y dio a la marca bávara su primer triunfo en la Copa del Mundo de GT, una carrera que se mantiene viva principalmente por el apoyo y valor que le dan los fabricantes alemanes: en su edición 2018 tan sólo vimos 15 coches en pista, con Nissan como único fabricante no alemán y muy lejos del ritmo de cabeza pese a ver retocada la Balance of Performance en pleno fin de semana.
Aunque no marcó tiempos de referencia en libres, el único BMW inscrito para la ocasión estuvo siempre en la pomada para terminar apareciendo en clasificación, donde sólo una última vuelta de Raffaele Marciello arrebató la pole a Augusto Farfus por delante de otros dos Mercedes, los de Maro Engel y Edoardo Mortara. Audi se complicó la vida con distintos incidentes tanto en libres como en clasificación y vio cómo el mejor de sus R8, el de Robin Frijns, no pasaba del séptimo puesto, cerrando la parrilla los Nissan de KCMG.
Pero en la salida de la carrera de clasificación Farfus y el BMW M6 GT3 se destaparon con una velocidad punta ante la que poco pudo hacer Marciello por conservar el liderato, mientras tras ellos un movimiento de Edoardo Mortara mandaba al Porsche de Laurens Vanthoor contra las barreras camino de Mandarin Oriental. Pese al inevitable Safety Car en la resalida vimos más de lo mismo: Farfus se escapó, mostrándose inalcanzable y adjudicándose la victoria en la carrera de clasificación.
El domingo por desgracia asistimos a más de lo mismo. Sin un fallo de Farfus era imposible dar caza al BMW y al final el error lo terminó cometiendo Raffaele Marciello al intentar limar milésimas con respecto al brasileño, yéndose largo en Lisboa y reincorporándose a la trazada ya descolgado. Así, BMW pudo despedir con victoria a Charly Lamm, máximo responsable de Schnitzer, acompañando en el podio a Farfus los Mercedes de Engel y Mortara.
Foto | BMW Motorsport