Más fueron las expectativas generadas por la definición del título que la acción en la pista. La cita que culminó la presente temporada de la IndyCar resultó en una gran victoria para Simon Pagenaud, su atrevida estrategia de tres paradas y la forma de contener a Josef Newgarden fue lo mejor de la carrera. Pero aún así, al campeón de la temporada 2016 no le alcanzó para reeditar su cetro y tuvo que resignarse y observar como su compañero Josef Newgarden, el integrante más joven de Penske, se alzaba con el título en su primera temporada con el equipo.
Newgarden se convierte así en el primer estadounidense en ganar la corona desde que Ryan Hunter-Reay lo hiciera en el año 2012. Tercero también culminó otro piloto de Penske, el australiano Will Power, quien se mantuvo siempre en la estela de Newgarden, pero sin amenazar su posición en ningún momento. Por su parte, Scott Dixon tampoco pudo hacer mayor cosa ya que no representó una amenaza real para los punteros, aunque llegó en cuarto lugar, permaneció buena parte del recorrido por detrás de Helio Castroneves, quien al finalizar la carrera insinuó que se retiraría, pero seguramente se decidió prorrogar el anuncio porque era la tarde de Newgarden.
Lo que no deja de ser curioso es el hecho de observar una fecha de la IndyCar sin incidentes que neutralicen la carrera. Ni una bandera de precaución salió a relucir y tal situación, aunque benefició la osada estrategia de Pagenaud, perjudicó un tanto el espectáculo ya que el circuito de Sonoma no resulta el más atractivo si se habla de adelantamientos. Tras cruzar la línea de meta, la IndyCar quedó con Newgarden campeón con trece puntos de ventaja sobre Pagenaud y tercero Dixon a veintiuno.
Sin duda la carrera tuvo dos protagonistas, Simon Pagenaud, el único piloto que se atrevió a apostar en grande buscando el campeonato, y Newgarden, que en todos los terrenos actuó como un curtido campeón. Sorprendió observar al francés entrar a repostar tan pronto como en la vuelta doce mientras los líderes lo hicieron en la 17. Neumáticos blandos en sus dos primeras tandas para montar los duros en la última parecía un riesgo, sobre todo si aparecía una bandera de precaución que estropearía la alternativa, pero no sucedió. Pagenaud marcó un ritmo superior al de sus rivales directos y solo la repentina aparición de rezagados perjudicó un tanto su objetivo.
En la vuelta treinta volvió a entrar Pagenaud y salió en el décimo lugar, mientras adelante Newgarden era inalcanzable para Power, Castroneves y Dixon que en fila india le seguían pero sin incomodarle. En la vuelta cuarenta entró el grupo puntero y Conor Daly pudo marcar una vuelta como líder antes de que Pagenaud asumiera el comando y sacara una ventaja de hasta 24 segundos sobre Newgarden, cuyo personal siempre tuvo control con respecto a las detenciones de sus rivales para el título.
Pagenaud estiró lo más que pudo el rendimiento de sus neumáticos, incluso salió de pista hasta en dos ocasiones en una vuelta, antes de detenerse para su último cambio y repostaje de combustible. A veinte vueltas para finalizar la carrera, Scott Dixon también decidió ir a boxes en una estrategia desesperada a ver si sucedía algún imprevisto que le ayudara con su objetivo de hacerse con el campeonato. Pero no. Cuando Newgarden, quien lideraba la carrera, entró nuevamente para su última parada, al salir pudo observar el alerón trasero de Pagenaud y sin pensarlo mucho intentó atacarle, el recuerdo de Gateway estaba en el ambiente. Sin embargo Newgarden no se arriesgó y evitó cualquier maniobra que pusiera en riesgo todo lo realizado esta temporada. De allí que decidiera seguir a Pagenaud hasta la bandera a cuadros, con la certeza de que ese segundo lugar le otorgaría el número 1 que tenía justamente el piloto que estaba adelante.
Vía | IndyCar
