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No busques más, correr una Baja con la Suzuki GSX-R 1000 es la mayor locura que verás hoy

La Suzuki GSX-R 1000 presume desde su creación de haber sido diseñada con el mismo ADN de competición que la moto con la que actualmente compiten en el Mundial de Moto GP con Andrea Iannone y Álex Rins. Son 202 CV de potencia para apenas 168 kilogramos de peso en vacío que se convierten en todo un misil cuando pisa el asfalto de un circuito. Sin embargo, desde el pasado fin de semana en la firma nipona pueden estar seguros de que les ha salido un hijo bastardo con el invierno acercándose irremediablemente.

Y es que la Baja Portalegre 500 tuvo grandes protagonistas en coches, con Nani Roma alzándose con su tercer triunfo del año y Stéphane Peterhansel y David Castera debutando juntos en competición, pero también pudo presumir de tener un elemento prácticamente único gracias al empeño y cabezonería de Ricardo Domingos, un equilibrista del manillar que una buena mañana decidió adquirir una nueva GSX-R 1000 por 18.000 euros y adaptarla mínimamente para competir en la cita de su país.

Si ya de por sí el recorrido parecía ser muy exigente para una moto de carretera deportiva, es imposible no estremecerse cuando se echa un vistazo a las complicadísimas condiciones de agarre y meteorológicas en las que se desarrolló la cita de Portalegre. A todo ello debemos sumar que Ricardo, también conocido por su nombre artístico como “Arrepiado” (horrorizado en portugués) apenas pudo rodar en test previos ya que temía que pudiera romper su nueva montura.

Siempre he conducido motos de carretera y tuve la idea de un día competir en la Baja de Portalegre, decidiendo hacerlo ahora con esta Suzuki. No probamos demasiado, el jueves de la semana pasada hice apenas 80 kilómetros con ella en terreno fuera pista y el día siguiente otros 25. La verdad es que tampoco quería dañarla demasiado porque es una moto muy frágil.

Portugal tiene gran tradición en lo que se refiere a acróbatas de la motocicleta, con nombres destacados como los de Paulo Martinho, auténticos genios a la hora de dar espectáculo con sus potentes monturas. Ese fue el principal objetivo de este piloto luso que decidió tratar de adaptar su moto con nuevas suspensiones y columna de dirección, así como la introducción de nuevos neumáticos de off-road que en este caso empleaba una rueda de motocross para el eje delantero y una similar a las que utilizan las Trails de BMW para el trasero. En total eran 3.000 euros más que se sumaban al valor iniciar de la Suzuki.

¿Qué es lo que más me preocupa de esta aventura? Son las zonas del trazado con mal piso, como los baches. En esas circunstancias será mi cuerpo el que va a sufrir las panzadas. Después, como esta moto es muy rápida va a ser difícil pararla, sobre todo al final de las rectas con buen piso. No me podré emocionar demasiado.

Terminando en 27ª posición de 46 competidores tras 217,1 kilómetros de competición Domingos llevó la Suzuki a meta sin ninguna caída a pesar de que los ocho centímetros de recorrido de suspensiones no parecían ni mucho menos adaptarse a una prueba de esta disciplina. La moto no llegó intacta, pero llegó, que es lo más importante, especialmente después de que el amortiguador trasero ya no soportara tanto tute y obligara a Ricardo a afrontar la última sección solo con el muelle. También en el camino se quedaron la matricula y el grupo óptico trasero, sin embargo, las llantas, construidas en aluminio de aleación ligera, consiguieron completar la Baja lusa a pesar de ser una de las grandes preocupaciones del motard. ¡Qué locura! ¿Para cuándo la próxima Mr. Arrepiado?

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Iván Fernández

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