Solo unos días después de que su excompañero en McLaren, Fernando Alonso se pusiera al volante del Toyota Hilux V8 4×4, Jenson Button realizaba su primera participación en una Baja norteamericana al volante de un Trophy Truck de su propia formación. El británico afrontaba la siempre complicada Mint 400 con la intención de descubrir la especialidad y empezar a tantear los límites de la misma, en este caso acompañado por Chris Buncombe, con el que comparte propiedad del equipo Rocket Motorsport, y con Mazen Fawaz los tres encuadrados dentro de la Clase 6100.
Por delante dos días de carrera y 400 millas de competición a desarrollarse por zonas arenosas cerca del Hotel Mint que da el nombre a la carrera y por el siempre salvaje desierto de Nevada. Aunque en las imágenes se ve a Button tomar muchas precauciones, el resultado no fue deslumbrante, pero terminando el equipo entre los 20 primeros de su categoría (19º de 45 inscritos en la Class 6100 y 55º de la general) en una edición que fue dominada por Bryce Menzies hasta que un pinchazo dejó la victoria absoluta en manos de Justin Lofton, consiguiendo su tercer triunfo en la Mint 400.
La gente piensa que estamos locos por venir aquí. El terreno es muy duro. Esto es básicamente como manejar una lancha a motor, es muy diferente a lo que estoy acostumbrado. Es un ambiente tan fresco aquí, es muy relajado. Es genial ser parte de esta atmósfera. Tenemos que cuidar el coche un poco, pero también debemos encontrar el límite.
Rob Maccharen y Brett Sourapas dieron la bienvenida al Campeón del Mundo de Fórmula 1 en 2009 ya en las últimas horas de carrera, cuando la oscuridad caía y los principales competidores habían endurecido el ritmo. Dos toquecitos en la zaga que son una práctica habitual en el mundo de las bajas y de los rally-raids. Una pequeña advertencia de que estoy detrás de ti, soy más rápido y todo ello sumado a que en medio del desierto no hay banderas azules… Por ahora, las internadas de las generaciones modernas de pilotos de Fórmula 1 no han estado exentas de imágenes tan peculiares como la de Alexander Rossi en la Baja 1000 de 2018.
