El próximo 1 de octubre, Kalle Rovanperä soplará las velas de su 18º cumpleaños. Posiblemente no pueda hacerlo ni en casa, con los suyos, especialmente teniendo en cuenta la vorágine de viajes en la que se encuentran los pilotos durante la temporada, sin embargo, será un día casi tan especial como el que se plante este fin de semana. Hijo de Harri Rovanperä, piloto oficial de Peugeot Sport, este finlandés de 17 años ha tenido una carrera deportiva meteórica, que en ocasiones me recuerda a la de Jorge Prado. Como se suele decir… lo mejor parece estar por llegar.
Mientras espera que alguno de los grandes equipos llame a su puerta para ofrecerle un programa dentro de la categoría absoluta, Kalle tiene la seguridad de que tiene un asiento con Skoda también para la temporada 2019, año en el que ya podría competir en el Campeonato Mundial de forma íntegra, sin limitaciones debido a su corta edad. Rovanperä sigue siendo ese chaval rubito imberbe que deslumbro a muchos cuando sus familiares colgaron su primer vídeo hace una década pilotando un viejo Toyota Starlet de rallyes con la soltura de una persona con 20 años de carnet.
Desde entonces, el crecimiento, tanto físico, mental y deportivo ha sido seguido a través de Internet por la gran masa de aficionados a los rallyes. No siempre se puede ver el nacimiento de una estrella y casi tan difícil es ver cómo surge un nuevo ‘Finlandés Volador’. No es fácil explicar qué hace especial a este chico, pero sin duda ha dado muestras de un gran talento natural, trabajo, cabeza fría y rapidez en prácticamente todas las superficies. Se está forjando un campeón.
Red Bull anunciaba a finales del año pasado que Rovanperä pasaba a ser uno de sus deportistas patrocinados. Los de las bebidas energéticas rara vez se equivocan al tomar una decisión como esta, sin embargo, tendremos que esperar para ver si estaban en lo cierto. Mientras tanto, Born to Drive, esta espectacular producción de los austriacos en asociación con Pablo Films nos muestra cómo ha sido el corto camino hasta la actualidad de Kalle Rovanperä.