BRDC International Trophy 1978: Keke Rosberg gana bajo un diluvio universal

Gran Bretaña fue durante las primeras décadas de historia de la Fórmula 1 una auténtica cuna de pilotos, equipos e incluso carreras. Puesto que la normativa internacional limitaba el número de carreras mundialistas a una por país, ello hacía que el Reino Unido se quedara con varios eventos de Fórmula 1 de primer nivel sin una validez expresa para el Campeonato del Mundo. Pero aunque no hubiera puntos en juego, sí había premios económicos, lo que hacía que estas carreras tuvieran cierta afluencia entre los equipos locales y de zona media, para los cuales había un incentivo claro en tomar parte en estas carreras no puntuables. Una de las clásicas anuales era el BRDC International Trophy, que se alternaba el papel de carrera no puntuable con la Race of Champions de Brands Hatch; cuando un circuito tenía el Gran Premio de Gran Bretaña, el otro tenía la carrera no puntuable y viceversa. En 1978 se disputó la última edición del BRDC International Trophy, una carrera con una historia prestigiosa que se despidió con Keke Rosberg venciendo bajo un diluvio espectacular.

Una de las mayores curiosidades del evento es el uso del trazado de 4.724 metros, apenas seis metros más largos que el convencional usado en la época. Sería la única vez que la Fórmula 1 usaría este trazado, que además había sido reasfaltado poco antes de la carrera… lo que jugaría un papel clave con la fuerte lluvia que caería el día de la carrera. Otra curiosidad es que fue precisamente en este evento, en el que debutó el legendario Lotus 79 de la mano de Mario Andretti. Otro debut fue el del Shadow DN9, de mucho menor perfil. El hecho de ser la primera cita europea de la temporada ayudaba a que varios equipos realizaran cambios, algunos de ellos más definitivos que otros. En cuanto al premio económico, las 100.000 libras esterlinas eran más que apetecibles para el afortunado piloto que estuviera en cabeza tras los algo menos de 189 kilómetros repartidos en 40 vueltas.

En cuanto a la lista de inscritos, solo hubo tres equipos con dos pilotos: Lotus, Shadow y Hesketh. En este último caso, Derek Daly debutaba en la categoría reina mientras Divina Galica realizaba un nuevo intento con los Fórmula 1. Las demás escuadras venían con escuadras habituales, aunque también había varios equipos privados británicos. Entre ellos destacaban el B&S Fabrication de Brett Lunger y el Melchester Racing de Tony Trimmer… pero también estaba Emilio de Villota con su propio coche, apoyado por el Centro Asegurador como principal patrocinador de un coche muy vacío de logos. De esta forma, faltaban equipos relevantes como Ferrari, Ligier, Williams, Wolf y Renault, lo que hacía que el único monoplaza sin motor Cosworth fuera el Brabham-Alfa Romeo de Niki Lauda.

Varios pilotos se inscribieron para la carrera sin acudir finalmente, entre los que estaba un segundo Ensign para Lamberto Leoni, el ATS de Jochen Mass, el Merzario de Arturo Merzario y un March privado para Guy Edwards. Estos cuatro pilotos habrían elevado el total de participantes a 21, con lo que al final el número se quedó en 17, lo cual no está nada mal contando con las escuderías mundialistas que no habían viajado a Silverstone. Entre los nombres célebres participantes estaban, además de Lauda y Andretti, los de Ronnie Peterson, James Hunt, Emerson Fittipaldi, Clay Regazzoni o Jacky Ickx, de manera que el público inglés podía esperar un buen espectáculo con algunos de los pilotos más interesantes del momento. Aunque para ello, el clima tenía que ayudar.

Sí estuvo de su parte en los entrenamientos clasificatorios, que se disputaron en temperaturas bastante frías pero con buen clima. El más rápido en la primera sesión clasificatoria fue Mario Andretti, aunque la situación cambió en la sesión vespertina en la que Ronnie Peterson marcó el mejor registro con más de tres décimas de ventaja sobre Niki Lauda, en primera fila. Andretti se mantenía tercero con un tiempo idéntico (a la centésima) al de James Hunt. La primera sorpresa llegó con el quinto de Brett Lunger, que batió a Patrick Depailler, Hans-Joachim Stuck y Emerson Fittipaldi, mientras Derek Daly y Rupert Keegan completaban el top 10. Hasta ocho pilotos batieron el registro de la pole del año anterior, mostrando la evolución de los monoplazas. Por su parte, Emilio de Villota era duodécimo. Divina Galica no se clasificó, al estar limitada la parrilla a dieciséis participantes.

Pero como suele pasar en el automovilismo, las cosas no podían ser nunca tan fáciles. Las condiciones atmosféricas empeoraron del sábado al domingo y el día de la carrera, el caos se apoderó del circuito de Silverstone. Entre la lluvia torrencial y una de las redes de contención de las escapatorias dañadas tras un accidente en otra competición, el inicio de la carrera se retrasó hasta una hora y media. Entre tanto, en la vuelta de reconocimiento (que no de formación) camino a la parrilla, Lauda dañó su monoplaza y no pudo tomar la salida. Lo mismo le ocurrió a Peterson, pero el sueco pudo llegar a boxes para tomar el coche de reserva… aunque no estuvo a tiempo de partir desde su pole, obligado a salir desde boxes. Por su parte, Arnoux se quedó sin salir por problemas con la presión del aceite. De esta forma, Galica quedó repescada y pudo competir.

En la salida, el mejor fue un Andretti que tomaba la cabeza por delante de Stuck. Peor suerte tuvieron Hunt y Regazzoni, retirados por sendas salidas de pista. Por delante, Andretti lideró la carrera… por apenas tres vueltas, antes de retirarse por otra salida de pista, justo después de quedar fuera de carrera también su compañero de equipo Peterson. En apenas tres vueltas sobre cuarenta, la carrera había dado ya un vuelco, permitiendo que Stuck fuera líder durante cinco cortos giros antes de ceder por problemas en su motor ante Daly. El irlandés estaba en su debut en la Fórmula 1 y parecía lanzado a llevarse una inesperada victoria pero la lluvia no perdonaba y tras trece vueltas, sufrió una salida de pista y tuvo que retirarse… algo que Galica imitaría apenas unos segundos después en la misma curva (en la que ya se había salido Depailler).

Afortunadamente los coches no contactaron y no hubo que lamentar daños humanos. Por aquel entonces, también se había retirado De Villota, sin llegar a dar diez vueltas de la que estaba siendo una carrera por eliminación. Se encontró así en cabeza otro novato; Keke Rosberg, al volante del Theodore TR1 diseñado por Ron Tauranac de Ralt que no había funcionado demasiado bien y que apenas dos semanas antes se había clasificado por primera (y única) vez para un Gran Premio puntuable al hacerlo en Sudáfrica, el debut del finlandés en la categoría reina. Sorprendentemente, a pesar de las dantescas condiciones, no cometió ni un solo error y se llevó una fantástica victoria, la primera de un piloto finlandés en la Fórmula 1 y la única de Theodore en toda su historia, siendo lógicamente la única de un equipo de Hong Kong. Rosberg batió por la mínima a Emerson Fittipaldi, que fue segundo a algo menos de dos segundos, mientras el podio lo completó Tony Trimmer en su McLaren privado.

A pesar de no volver a disputarse bajo normativas de Fórmula 1, el BRDC International Trophy sí que siguió existiendo con otras categorías tomando el protagonismo. Entre 1979 y 1984 la carrera tuvo lugar con coches de Fórmula 2, tal y como ya se había hecho en 1977. Luego llegó la transición natural a la Fórmula 3000 en una primera época hasta 1990, antes de saltarse 1991 por obras en la pista. En 1992 el evento volvió, siempre con Fórmula 3000, con victoria del catalán Jordi Gené, y su historia se alargó hasta el último año de la categoría. La victoria final del BRDC International Trophy en 2004 fue para el italiano Vitantonio Liuzzi y desde 2005, el evento ha quedado ‘relegado’ a categoría de coches de F1 históricos. Adecuado, en cierta forma, para mantener el carácter histórico que recuerda a los años 60 y 70.

BRDC International Trophy 1978 – Silverstone

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