El mes de agosto ya se ha estrenado y para muchas estructuras de competición entramos en los meses decisivos antes de la próxima edición del Rally Dakar. Apenas son cinco los meses que nos separan del inicio de la icónica prueba de los rally-raids y hasta entonces, se deberán completar varias semanas de test en el desierto, algunas jornadas centradas específicamente en la fiabilidad y para la mayoría de los equipos, tocará también planear salidas competitivas para medir el potencial de cada una de las monturas y de paso seguir descubriendo elementos que pueden fallar cuando ya se encuentren en plena carrera.
Sin embargo, con los equipos centralizados prácticamente en su totalidad en el continente europeo o en las islas británicas, pensar en hacer test específicos supone un gran coste, especialmente en logística, algo que además se ha visto perjudicado actualmente por las numerosas restricciones de viajes que se suelen dar entre países, especialmente al regreso de África, tal y como ya pudimos ver con el personal desplazado para competir en el Rally Safari valedero para el WRC.
Con todo ello en mente, muchos equipos buscan alternativas para mantenerse activos durante estos meses, adelantando un trabajo antes de desplazarse para probar ya in situ sobre la arena del desierto. Esta preparación va más allá de las simulaciones en los bancos de potencia, del trabajo de CFD o las horas en el túnel del viento y las cámaras climáticas. Tal y como nos muestra Prodrive, responsable del desarrollo del BRX Hunter T1 4×4 del equipo Bahrain Raid Xtreme, también se optar por pruebas mucho más prácticas.
Asociados con la Universidad de Cranfield, los de David Richards están haciendo uso de uno de sus laboratorios quizás más peculiares: el de la trampa de arena. Allí Prodrive se ha desplazado con sus dos configuraciones, la del BRX Hunter T1 con llantas de 32 pulgadas que emplearon en el pasado Dakar 2021 y en la Baja Aragón, así como una versión T1+, que cuenta no sólo con neumáticos de mayores dimensiones, mayor recorrido de suspensiones, una nueva anchura de ejes y los nuevos esquemas de brazos.
Curiosamente, esta área contiene un tipo de arena que ha sido secada y que cuenta con un tamaño de grano que pretende replicar las condiciones que se encontrarían en el desierto de Arabia Saudí, por lo que podemos apreciar cómo el Hunter T1 queda empanzado al entrar en dicha sección, permitiendo a los técnicos e ingenieros poder ver el comportamiento del coche en terreno blando, cómo se desenvuelve la tracción y las ventajas que pueden tener al afrontarla con el T1+ y su mayor tamaño de rueda, la menor presión de los neumáticos y el resto de cambios en la suspensión que pretende acercarlos a lo que hasta ahora eran los buggies dakarianos.