Pelear contra los Ferrari, Mercedes y Red Bull es imposible a día de hoy y si no hay problemas para ellos, las seis primeras posiciones tienen propietarios fijos. Incluso en un día en el que Hamilton y Ricciardo partían desde el fondo de la parrilla, llegar al top 6 estaba prácticamente garantizado. Por ello, Carlos Sainz tenía una tarea titánica ante él en Interlagos, donde el Renault R.S.17 no fue nunca el cuarto mejor coche. A pesar del octavo en parrilla, los puntos iban a estar caros y a pesar de una sólida actuación del madrileño en su tercera carrera de amarillo, al final se quedó sin recompensa al terminar en undécima posición, justo por detrás de Nico Hülkenberg.
El Gran Premio de Brasil de Carlos Sainz no tuvo demasiada historia, aunque precisamente la ausencia de grandes eventos en su carrera demuestra que el español estuvo impecable, sin cometer errores y siguiendo con su proceso de aprendizaje y adaptación al que será su equipo en 2018. En primera instancia, Sainz fue capaz de seguir de cerca a un Hülkenberg que estuvo todo el fin de semana más acertado. El alemán tiene grandes recuerdos en Interlagos, en un trazado en el que siempre se ha sentido cómodo. Con el paso de las vueltas, la distancia entre ambos coches se fue ampliando.
A pesar de ello, la monótona carrera de Sainz en Brasil muestra los límites aún existentes en el Renault de este año. El coche, más capaz en otros trazados, sufrió en Interlagos y solo pudo sumar un punto Hülkenberg para el equipo. Eso deja a Renault a tres puntos de Toro Rosso ante la última carrera del año. Si quieren batir al equipo de Faenza, necesitarán un octavo puesto de alguno de sus pilotos o meterles a ambos en el top 10, siempre esperando que ni Gasly ni Hartley logren sumar algún punto en Yas Marina. Se trata de un objetivo asumible pero para el que habrá que trabajar duro.
Una carrera bastante aburrida y desde la salida ha sido una procesión ahí atrás. Hemos estado detrás de Nico, sin problemas y hemos cogido experiencia. Me han echado en la curva dos pero sabíamos que la curva iba a ser una procesión. Pasé a Nico en la salida y casi pasé a Fernando pero me quedé fuera y me echaron. Los dos coches iban con ritmo muy parecido y cuando estás ahí el diez y el once y no pasa nada, es lo que hay. Toca seguir aprendiendo y me voy con muchas cosas positivas de esta carrera. Por primera vez me empiezo a sentir cómodo y a entender el coche mucho mejor. En Abu Dhabi, seguimos probando cosas y pensando en el año que viene.
