La introducción de nuevos elementos es necesaria en una categoría como la Monster Energy NASCAR Cup Series. Con una afición que se tambalea entre el tedio y la indignación, unas audiencias más pobres y unos campeonatos en los que importa poco lo que se haga de febrero a noviembre, NASCAR sigue en busca de soluciones que den más visibilidad a sus campeonatos. Irónicamente, una de las posibles soluciones que está en el horizonte es la introducción de más road courses, alejándose de los imperantes óvalos.
Durante años se ha rumoreado la posibilidad de que NASCAR pudiera correr en un roval, esa mezcla entre circuitos ovales y ruteros que se utilizó en las extintas Rolex Sports Car Series y American Le Mans Series en la pasada década. Quizá inspirados por el road course de Daytona, sede de la célebre carrera de 24 horas, los responsables del Charlotte Motor Speedway decidieron probar suerte con un test que realizó A.J. Allmendinger, uno de los mejores pilotos de ruteros de la Cup Series. Se utilizó un desvío poco después de la recta de meta que luego se reintegraría en el óvalo y haría que la curva 1 se tomara más lentamente, con el resto del trazado oval intacto.
Se comenta que si el plan se acaba concretando, se podría implementar en la All-Star Race o en el segundo fin de semana de NASCAR en Charlotte, en pleno Chase. La introducción de un rutero en el Chase es una petición que tiene cierto apoyo por parte de los aficionados, que al menos buscan otro tipo de acción dentro de unas diferentes peleas por el título.
Vía Catchfence