Después de un año de dominio aplastante y en una categoría donde existe la Balance of Performance y por lo tanto cualquier marca tiene la seguridad de ser mínimamente competitiva siempre y cuando la fiabilidad les respete lo normal sería que Cadillac hubiera decidido repetir la misma fórmula ganadora de 2017. Sin embargo el cierre de su programa GT3 parece haber servido para dar un nuevo empujón al proyecto DPi, que estrenará motor en 2018.
Eso asegura al menos Sportscar365, que explica que los cuatro Cadillac DPi-V.R previstos (el campeón de Wayne Taylor Racing, los dos de Action Express y el nuevo de Spirit of Daytona) para la temporada 2018 del IMSA WeatherTech SportsCar Championship montarán un nuevo propulsor de 5,5 litros en lugar de los 6,2 litros de capacidad del bloque anterior. Se sigue apostando por un motor atmosférico frente a los turboalimentados de la competencia, pero la idea es que las desventajas de esta apuesta sean menores, como la entrega de la potencia.
El DPi de Cadillac ya rodó con este motor en el test que la IMSA organizó en diciembre de cara a establecer la Balance of Performance de sus distintas categorías, al igual que hicieron sus rivales de Nissan, Mazda y Acura, así como un LMP2 FIA distinto. ¿Será suficiente para contener el empuje de la competencia?
Via | Sportscar365