Puede que las intenciones de Mercedes-AMG F1 no hayan quedado totalmente satisfechas después de que la FIA haya hecho oficial su intención de poner freno al marsopeo o porpoising de los nuevos monoplazas del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 y la forma que este afecta sobre las condiciones físicas de los propios pilotos. Fue el propio Lewis Hamilton el que escenificó en Bakú con sus molestias de espalda el sufrimiento que supone este efecto después de un Gran Premio y a pesar de que se pensaba que tras el primer tercio de temporada se había reducido dicho problema.
“La FIA, como órgano rector del deporte, ha decidido que, en aras de la seguridad, es necesario intervenir para exigir a los equipos que realicen los ajustes necesarios para reducir o eliminar este fenómeno”. El comunicado realizado por la Federación Internacional de Automovilismo ha continuado con la verdadera noticia: “Se ha emitido una Directiva Técnica para orientar a los equipos sobre las medidas que la FIA pretende tomar para abordar el problema”.
Esas medidas se refieren precisamente a dos puntos, siendo el primero de ellos el que concierne a “un escrutinio más detallado de las tablas y patines, tanto en términos de su diseño como del desgaste observado”. El segundo punto se refiere a la forma en que la FIA establecerá los límites asumibles: “La definición de una métrica, basada en la aceleración vertical del automóvil, que dará un límite cuantitativo para el nivel aceptable de oscilaciones verticales. La FIA aún está analizando la fórmula matemática exacta para esta métrica, y los equipos de Fórmula 1 han sido invitados a contribuir a este proceso”.
En este punto, los equipos que más están viéndose afectados por este porpoising en estos momentos parecen ser Mercedes, Ferrari y la propia McLaren, por lo que seguramente serán los equipos más atentos a las decisiones que se tomarán en la reunión técnica convocada por la FIA con los equipos para estudiar qué medidas implementar.
Es por ello que puede que los equipos que más están sufriendo este fenómeno en sus monoplazas pasen de forma directa a perder rendimiento en aras de la seguridad, ya sea aumentando la altura del coche o cambiando los ajustes en los amortiguadores, apuntando a que los coches que no cumplan con los valores límite establecidos como seguros podrían ser descalificados respaldándose en el Artículo 1.3 del Reglamento Técnico: “cualquier automóvil que sea clasificado como peligroso puede ser descalificado”.
La FIA ha decidido intervenir tras consultar con sus médicos en interés de la seguridad de los pilotos. En un deporte en el que los competidores conducen habitualmente a velocidades superiores a los 300 km/h, se considera que toda la concentración del piloto debe centrarse en esa tarea y que la fatiga o el dolor excesivos experimentados por el piloto podrían tener consecuencias significativas en caso de que resultar en una pérdida de concentración. Además, la FIA tiene preocupaciones en relación con el impacto físico inmediato en la salud de los conductores, algunos de los cuales han informado de dolor de espalda después de los eventos recientes – Comunicado oficial de la FIA