Es sin lugar a dudas uno de los vídeos más emotivos que he visto últimamente, al menos relacionados con el automovilismo y sin la necesidad de una producción o un guion detrás. Rhys Tatterson es, para aquellos que no lo conozcan, el Drift Master de este 2021 en su competición virtual, lo que no deja de ser un campeonato que se realiza con la base del Assetto Corsa y con una participación que busca coronarse como uno de los mejores drifters de Europa.
Puede parecer que cuando nos ponemos detrás de la pantalla, encadenar derrapes con un mando e incluso con un volante es más que sencillo. “Eso también lo puedo hacer yo” es una de las frases más repetidas en nuestras cabezas, hasta el punto de que nos venimos arriba y comenzamos a probar algunas cosas físicamente imposibles en la realidad, dependiendo evidentemente de la libertad que nos pueda dar cada título y el grado de simulación del mismo.
Forza Horizon, Assetto Corsa, The Crew, Need For Speed, Gran Turismo, incluso GTA V, con los pertinentes contenidos creados por la comunidad… todos ellos se han dejado arrastrar por el arte del derrape, pero, ¿Cómo es de fácil llevar toda esa experiencia en lo virtual al asfalto real? Obviamente cada persona es un mundo y no se puede tomar como regla universal que a un competidor dentro del mundo virtual se le pueda dar mejor o peor la competición en su homólogo con mecánicas reales, pero es evidente que cuando consigues aprender las nociones básicas y cómo son las reacciones dependiendo de cada movimiento, todo sale más natural.
Es el momento por tanto de recuperar a Rhys Tatterson y uno de sus premios por haber sido coronado Campeón de Drift virtual: sentarse al volante Nissan Silvia S15 de Piotr Więcek (apodado como Candy Man y tres veces campeón del Drift Masters Grand Prix) con sus más de 900 CV de potencia. ¿El resultado? Que un competidor en eSports es capaz de domar con gran pericia el comportamiento tan apabullante como el de un coche de drift de la principal categoría.
La verdad es que no sabría si decir si fue Tatterson o Piotr el más valiente, ya que nunca debe ser fácil el dejarle a otra persona tu máquina, una de tus posesiones más preciadas en el mundo. Especialmente en ese momento en el que tiene que dar la primera patada al embrague para forzar la deriva del tren trasero… Ese momento en el que todavía no sabes si la persona que está conduciendo tu coche tiene la habilidad suficiente para controlar ese flujo de potencia casi ilimitado.
El resultado es espectacular. No sólo porque Tatterson rompa los esquemas y demuestre lo natural e interiorizado que tiene el Drift aunque siempre lo haya practicado detrás de una pantalla. Las imágenes son de una gran belleza, sino porque en ellas se ha conseguido transmitir la emoción y el nerviosismo que ha generado esta primera ocasión para Rhys en una situación como esta.