Mal día en la oficina belga de McLaren. El equipo británico vivió todos los altibajos posibles en Spa-Francorchamps en un oscuro fin de semana, del que los hombres de Woking salen con cero puntos por primera vez desde Canadá. La pesadilla de la escudería británica ha vuelto a ser el motor, roto tanto para Carlos Sainz como para Lando Norris. Sainz no pudo siquiera intentar la remontada después de cambiar componentes de la unidad de potencia y Norris perdió una valiosa quinta posición en la última vuelta.
La carrera del madrileño no tiene mucha mayor explicación al arrancar con el coche calado por culpa de un problema de motor en la vuelta de formación que le obligó a resetear el coche en parrilla. Sainz pudo esquivar el accidente inicial de Max Verstappen y siguió unos metros hasta cazar al grupo con el coche de seguridad, pero la unidad Renault no aguantó más y el español aparcó su coche en la Bus Stop, cerca del final de la segunda vuelta. La catástrofe final de Norris dejó a McLaren sin puntuar, aunque el equipo inglés mantiene un cómodo margen sobre Toro Rosso en el Mundial de Constructores.
No tengo información sobre lo que ha pasado, solo sé que he perdido potencia en la mitad de la vuelta de formación porque se ha agotado la batería. He intentado empezar la carrera pero ni eso. Nos ha faltado fiabilidad, en carrera teníamos ritmo y estaba confiado antes de carrera porque sabíamos de dicho ritmo, Lando lo ha podido demostrar. La falta de fiabilidad nos ha costado 10 puntos de Lando y los que podría haber conseguido yo, habrá que aprende de ello y esperar novedades por parte de Renault.