La temporada 2017 tiene el potencial de cambiar todo lo que hemos visto en temporadas recientes con los posibles cambios de órden de los equipos según quien acierte y quien se equivoque en sus diseños para la próxima temporada. Carlos Sainz sabe que es una oportunidad única para Toro Rosso y expresa sus sensaciones de impaciencia frente a la temporada que comenzará en marzo. Sainz afirma que una de las mayores intrigas es ver quien acertará con sus decisiones.
Tras un año 2015 con un motor Renault lejos de lo esperado y un 2016 con el antiguo propulsor Ferrari, en 2017 Sainz podrá por fin disfrutar a priori de una unidad de potencia a la altura. Toro Rosso vuelve a Renault este año y si nos basamos en la evolución que los franceses han acreditado a lo largo del año pasado, podrían proporcionar material muy competitivo al equipo italiano. Teniendo en cuenta el buen trabajo a nivel de chasis en 2016 y el evidente talento tanto de Sainz como de Daniil Kvyat, en Faenza pueden ser optimistas.
Tras luchar el año pasado por la décima posición en la general y verse superado finalmente por Fernando Alonso y Felipe Massa, Sainz espera lograr ese primer objetivo de su carrera deportiva este año. Es consciente del desafío que ello supone, teniendo en cuenta la cantidad de cambios de normativa, pero se plantea la situación como una gran oportunidad: «Estando a dos meses y sin haber probado ni visto los coches de los demás equipos es imposible saber dónde vamos a estar» explicó a Motorsport.com.
El madrileño se marca como el objetivo estar en el top ten en 2017: «A mí me gustaría estar entre esos diez primeros, que es donde Toro Rosso merece estar a la mínima ocasión que tenga un buen motor. Tengo ganas de ver qué es capaz de hacer el equipo, y de ver qué puedo hacer yo en mi tercer año», aseveró. El piloto, que cuenta con el apoyo de Red Bull y busca estar en un coche competitivo tan pronto como en 2018, no ve tan claro que Mercedes vaya a mantenerse en la cima y se mantiene expectante. Veremos…