A lo largo de la temporada 2018, ha quedado claro que Carlos Sainz está acusando el tener un motor que no permite pelear con los clientes de Ferrari y Mercedes en los circuitos más rápidos. El chasis de Renault ayuda a mantenerse por delante en ciertos circuitos mientras en otros, la tarea se convierte en algo imposible. En Singapur, la teoría decía que Renault debería poder estar como el mejor coche de los mortales si sus pilotos hacían las cosas bien. Carlos Sainz salvó la jornada como pudo, estando en la primera fila fuera de la Q3 a pesar de ser batido por Nico Hülkenberg. El madrileño acompañará a Fernando Alonso en una sexta fila de parrilla con dos pilotos españoles que optarán a intentar entrar en la zona de puntos en una carrera que será la más dura del año.
La primera parte de la sesión clasificatoria llevó al optimismo a pesar de tener a varios pilotos fuera de su sitio habitual. Sea como fuere, ver a Carlos Sainz dentro del top 10 daba para pensar en un posible paso a la Q3. En cualquier caso, la clasificación para la Q2 no trajo ningún problema para los pilotos de Renault, incluyendo a un Sainz que lo hizo sin problemas ni preocupaciones. A pesar de todo, la comodidad descrita en los entrenamientos libres parecía ir a menos en la sesión clasificatoria, como ya es habitual esta temporada. Sus mensajes por radio no hacían más que confirmarlo durante la Q2, quejándose de falta de agarre y de incomodidad a la hora de pilotar. Con tanta igualdad en la zona media, cualquier problema era ya demasiado para entrar en la Q3.
Al final, eso fue exactamente lo que ocurrió y a pesar de los intentos del siempre valiente español, uno de los pilotos que más veces ha estado en la Q3 este año, no pudo repetir en Singapur. Al final, la diferencia entre el séptimo y el décimo tercer clasificado fue de tan solo cuatro décimas, con Sainz en duodécima posición final a menos de dos décimas de meterse en la Q3. En Singapur no es un drama enorme, al poder elegir neumáticos para la salida del domingo. Teniendo en cuenta lo difícil que estaba la entrada en la Q3, todos los pilotos del top 10 partirán con unos neumáticos hiperblandos que parecen tener problemas para durar tiempo suficiente como para sacarles provecho. Por ello, la sexta fila es bastante envidiable.
De cara a la carrera, es evidente que el objetivo debe ser volver a estar en los puntos tanto para Carlos Sainz como para su compatriota, Fernando Alonso. Aún si Sainz acabó la sesión bastante ‘tocado’, la realidad es que el coche debe estar a la altura para meterse en el top 10 incluso sin problemas para sus rivales. Para Sainz, que tiene el futuro inmediato resuelto, deberían venir ahora una serie de carreras interesantes en las que deberá considerarse afortunado por poder competir sin la presión de tener que ganarse un volante. El primer paso, volver a los puntos mañana en Singapur.
«Buenas sensaciones al principio de la qualy y malas al final. Hemos comenzado con buen ritmo, haciendo una muy buena vuelta en la Q1. A partir de ese momento, cada vez que salía de boxes tenia temperaturas de ruedas y de carcasas diferentes. Cada vez tenía menos grip, la pista evolucionaba y yo ‘involucionaba’ por así decirlo. Tenemos que analizar por qué tenemos tantos problemas en las temperaturas de las ruedas cuando salimos de boxes. Tenemos que analizar por qué no podemos ser consistentes de la manera que salimos a qualy y por qué pasa eso. De cara a mañana no afecta. Una vez que haces varias vueltas en carrera todo se estabiliza. Con este hiperblando para que la rueda dure toda la vuelta necesitas estar seguro que controlas todas las presiones y hoy no hemos sido capaces. Nuestro objetivo no era hacer el duodécimo. Era pasar a la Q3 y hacer séptimos, que era el ritmo que hemos tenido todo el fin de semana. Por eso hoy no estoy contento. Mañana, cuando me levante y vea que salimos con el ultrablando igual estoy más contento pero hoy no era el objetivo.»