Primera sesión clasificatoria del año y primera entrada en Q3 de un Carlos Sainz que aprovechó al máximo las circunstancias de la primera hora de sesión oficial de la temporada 2017. El piloto madrileño sacó partido de un monoplaza que parece estar donde se esperaba a finales del año pasado al tener un chasis tan competitivo como el de la temporada pasada pero con un motor al nivel que corresponde en lugar de tener que lidiar con un propulsor del año anterior -algo que en 2017 le toca al equipo Sauber-. Su posición de salida mañana será octavo, cinco posiciones por delante de Fernando Alonso.
Tras una pretemporada muy difícil para Toro Rosso con severos problemas de fiabilidad, los coches de Faenza fueron mucho más competitivos en los entrenamientos libres del Gran Premio de Australia y de cara a la sesión clasificatoria el optimismo se apoderaba del equipo italiano y se podía pensar en entrar en Q3, siendo el paso a la Q2 prácticamente una obligación. Con conceptos parecidos a los de Mercedes, a poco que el propulsor Renault funcionara y la escudería tuviera tiempo de reglar bien el coche, podían llegar buenos resultados. Finalmente, ambos Toro Rosso lograron estar en Q3.
Tanto para Sainz como para Kvyat, la Q1 fue apenas un trámite, entrando en la segunda parte de la sesión clasificatoria sin problemas. Los dos compañeros rodaron siempre en tiempos parecidos aunque competitivos y tras lo visto en los primeros dieciocho minutos, la posibilidad de llegar a la Q3 con ambos coches se convirtió en una realidad. La historia de ambos en el sábado del Gran Premio de Australia de 2017 fue paralela, firmando tiempos muy cercanos aunque al final fue precisamente Carlos Sainz, quien firmó el mejor registro y estará por delante en la parrilla de salida.
El acceso de los dos STR12 a la Q3 supone la primera ocasión en la que dos Toro Rosso logran estar en el top 10 de una sesión clasificatoria desde el pasado Gran Premio de Singapur, aunque en ese entonces el resultado fue ligeramente mejor con un sexto y un séptimo puesto final para Sainz y Kvyat respectivamente. La mejor forma de empezar el año es volver a estar donde Toro Rosso se planteaba llegar tras la temporada 2016 y aunque Sainz apuntó tras bajarse del coche que aspiraban a mejorar más en la Q3, se le veía suficientemente satisfecho, sobe todo tras lo visto en Barcelona, imaginamos.
Hemos tenido muchos problemas desde el principio de la sesión clasificatoria y no teníamos equilibrio ni sensaciones con el coche. Hay que analizar y ver cómo han mejorando tanto los demás y nosotros no, porque nosotros mejoramos muy poquito. La mía ha sido una vuelta muy buena pero está difícil porque cuando no hay confianza, cuesta atacar. Los coches de este año son muy sensibles y un cambio de viento lo cambia todo. Pero son muy divertidos de conducir y hoy lo he pasado muy bien a pesar de no tener confianza.