Se cuentan las horas que quedan para comenzar el Rally Dakar 2019 y los principales candidatos a la victoria están dando las claves de una edición de la carrera atípica, con apenas 3.000 kilómetros competitivos de los cuales un 70% se espera que sean sobre arena. Será un recorrido muy corto pero estresante, obligando a los participantes a estar concentrados hasta la última de las 10 etapas debido a la posibilidad de quedarse atascado en una trampa de arena.
Se mantienen prácticamente los mismos candidatos a la victoria, sin embargo, habrá un baile de asientos interesantes y la desaparición de la principal referencia, Peugeot Sport, hará que prácticamente todos reciban nuevas cartas para afrontar esta nueva partida que ganará el que mejor aguante los envites. El vigente ganador del Dakar, Carlos Sainz, aparecerá el próximo domingo 6 de enero por la rampa de salida situada en Lima al volante de un MINI John Cooper Works Buggy que se ha encargado de desarrollar desde el mes de junio, fecha en la que realizar su primer test a su volante y en la que quedaría completamente convencido acerca de sus posibilidades en la carrera sudamericana.
Será el 12º Dakar de Sainz desde que decidió abandonar la competición activa en el Mundial de Rallyes, acumulando ya dos victorias en la prueba al volante de dos conceptos completamente distintos de vehículos como Volkswagen Race Touareg con el que se impuso en 2010 y el Peugeot 3008 DKR Maxi de 2018. Llegó a pensar incluso en que había sido su última participación: “hubo unos meses en los que no sabía si tendría un proyecto ganador para volver”, pero confía en las posibilidades de su nuevo equipo, “MINI creo que lo tiene y por eso estoy aquí”.
Pensé que podía ser un proyecto ganador y por eso estoy aquí. El reto de trabajar con una marca nueva y con un coche nuevo siempre es bonito. También probé el coche, que ha evolucionado de una forma brutal hasta ahora. Al final, cuando pones todo en una balanza… ¡me apetecía este nuevo reto! Este era uno de los pocos equipos con los que todavía no había corrido. Fue todo muy rápido. Fui a Marruecos en junio, probé el coche, y a partir de ahí la decisión estaba prácticamente tomada.
Ya representando a la firma británica tanto en competición como en la carretera (conduce en su día a día la versión híbrida enchufable del MINI Cooper SE ALL4), el primer contacto con el buggy de X-Raid en carrera le dejó ver que en ritmo y posibilidades puede llegar a estar a la altura del Peugeot, aunque quedaba mucho por pulir en materia de fiabilidad, algo en lo que se ha trabajado precisamente desde el regreso del Rallye du Maroc 2018.
Es un coche nuevo, que debutó en el Dakar del año pasado y con mucho recorrido por delante. Yo venía de correr con el mejor buggy de la historia el Dakar y por eso tenía claro en qué dirección de desarrollo había que ir. Hemos trabajado muy a gusto con el equipo y muy bien a la hora de establecer un orden de prioridades.