Posiblemente no haya sido la carrera que más ha lucido en la por ahora corta carrera deportiva de Carlos Sainz en la Fórmula 1, pero sí le ha permitido sumar un punto en una de las pistas en la que sobre el papel el Toro Rosso de esta temporada iba a seguir sufriendo su falta de potencia respecto a los motores Mercedes de los equipos de zona media. El piloto madrileño ha sabido gestionar la carrera y la estrategia improvisada de parada en boxes, estando precisamente en el lugar oportuno justo en el momento adecuado para aprovechar el abandono de Fernando Alonso, así como el ya enésimo roce entre compañero de equipo en Force India.
Difícilmente podría haber imaginado un final mejor el madrileño para su primer Gran Premio después de las vacaciones. De nuevo por delante de su compañero de equipo tras un sábado en el que la sesión de clasificación auguraba un fin de semana de sufrimiento, especialmente a la hora de contener los ataques de los Force India y los Williams. La llegada del coche de seguridad ha terminado de redondear la estrategia de superblanda que en el muro de Toro Rosso habían decidido para el piloto español.
Me he quedado algo atascado en la salida por el interior, casi tengo que poner punto muerto y he perdido varias opciones. Hemos tenido que remontar montando la Super-Soft. Antes de venir a Spa creía que iba a ser muy difícil y al final ha sido una grata sorpresas. Es un circuito en el que siempre he ido muy cómodo desde siempre.
En menos de siete días, Sainz volverá a ponerse al volante del STR10 en un circuito en el que también se espera sufrir por la velocidad punta del Toro Rosso. Allí, la decisión tomada por Ferrari de anunciar la renovación de sus dos pilotos esta misma semana puede provocar que haya efecto dómino, especialmente en el caso de Max Verstappen, el cual salvo que en Mercedes AMG decidan no seguir contando con Valtteri Bottas, parece no tener mejor opción que la de continuar con la escudería de las bebidas energéticas cuyo monoplaza hoy le ha vuelto a dejar fuera de carrera. Con las puertas de Red Bull cerradas, Sainz tiene cada vez menos alternativas a la de continuar con los de Faenza. Al menos la amenaza de montar propulsores Honda parece haberse evaporado.
En Monza tenemos expectativas muy bajas, puntuar va a ser casi imposible, necesitaremos fallos de los rivales, pero también iba a ser casi imposible aquí. Cada vez que terminamos estamos en los puntos este año y hay que estar muy contentos.