En las primeras jornadas del confinamiento, Pirelli y el Mundial de Rallyes daban el pistoletazo de salida a una de sus primeras iniciativas juntos desde que se produjera el anuncio de que el fabricante milanés de neumáticos regresará a ser proveedor de las gomas a partir de 2021. Se preparaba un cuadro con los que se consideraban como algunos de los pilotos más relevantes en la historia del WRC, con un primer enfrentamiento a modo de descarte antes de pasar a los enfrentamientos directos en los que brillaban nombres de prácticamente todas las épocas, desde los Grupo 4 hasta los actuales World Rally Cars. Los 18 campeones desde la llegada del título de pilotos del WRC en 1979 se unieron a la competición con dos invitados como comodines.
Tras varias fases en las que pilotos modernos (también estaba Ott Tänak, vigente campeón) se enfrentaban a los clásicos, la gran final se establecía entre Sébastien Loeb y Carlos Sainz, siendo el francés el favorito para aquellos que se centraban en los números, mientras que el madrileño era muy bien considerado de cara a este duelo debido no solo a los grande rivales que tenía frente a él en todas las épocas, sino por su longevidad competitiva o la auténtica revolución que supuso para todos aquellos que solo veían en él un piloto especialista para el asfalto.
La gran final del “WRC Greatest Driver” se ha decantado en favor de Carlos Sainz, el cual ha conseguido un 57,28% de las votaciones entre los más de 80.000 votos que se han emitido para este último cara a cara (los seis periodistas habían empatado, con tres votos para cada uno), un broche de oro para una competición que ha acumulado hasta 300.000 votos a lo largo de todo el concurso, el cual ha durado un mes. Obviamente estamos frente a eso, una iniciativa a través de Internet en la que no se ha tenido en cuenta únicamente méritos deportivos, sino también el cariño de los aficionados, complicado cuando tienes frente a frente al piloto con más éxitos del Mundial de Rallyes, también uno de los más queridos del campeonato.
Por el camino Sainz también había superado a otros nombres como Sébastien Ogier, Tommi Mäkinen o Hannu Mikola, mientras que Loeb por su parte del cuadro había hecho lo propio con Walter Röhrl, Juha Kankkunen o Richard Burns. En este caso queda patente que tras Carlos hay algo más que dos títulos Mundiales, 26 victorias y numerosos subcampeonatos y terceros puestos (terminó en el podio del Mundial hasta en nueve ocasiones al término de la temporada), sino que también hay un gran aprecio por rivales y fans del campeonato, capaces de reconocer lo importante de la figura de “El Matador”, incluso casi 30 años más tarde de la que sería su primera victoria intercontinental en el Acrópolis de 1990.
No puedo estar más feliz y orgulloso de este reconocimiento. Muchas gracias por traerme primero a la final y, por supuesto, en segundo lugar, por permitirme ganar este reconocimiento contra Sébastien Loeb. No necesito explicar todo lo que valoro a Sébastien Loeb y cuánto merece ser el más grande. Pero tengo que decir que no sólo él, todos los campeones del mundo merecen este reconocimiento. Pero alguien tiene que ganar y en este caso, he sido yo. Lo di todo en los rallyes, estos han sido mi vida, mi sueño y hoy en día los rallyes y toda su familia me ha proporcionado una gran sonrisa y este gran reconocimiento.
Resultados finales del WRC Greatest Driver: