Noche extraña en Bahréin, país pequeño de competición aún más diminuta. La estancia en el emirato ha sido provechosa para la Fórmula 1 en 2020, año extraordinario en que el trazado externo de Sakhir ha visto la vida y la controversia de diversos elementos. No todos los coches se han adaptado igual a los baches interiores y McLaren ha sufrido en cierta medida hasta en la sesión de clasificación. Carlos Sainz se ha metido en Q3 por primera vez en tres carreras y se ha sorprendido de su rendimiento dentro de la pelea de perros que es la zona media.
La versión corta del circuito desértico vio el tráfico inicial de los Haas y Williams, los dos equipos de la cola de la parrilla. Sainz se les unió pronto y marcó un 55,334 que le puso primeros con neumáticos duros, a pesar de una pasada de frenada en la curva 4. Los duros obviamente no eran la elección adecuada y Sainz subió poco después al cuarto puesto con blandos (54,430). Los rivales fueron mejorando poco a poco y el español cayó en la clasificación, pasando a Q2 12º.
El juego del gato y el ratón y la voluntad de no estorbar se vieron especialmente en la Q2, dónde Lando Norris llegó a pararse casi por completo en la llegada a la primera curva y Valtteri Bottas tomó el atajo para evitar chocar con el británico. Sainz hizo su vuelta sin problemas gracias a la acción de su compañero pero un discreto tiempo inicial (54,514) con medios le forzó al segundo y decisivo intento (53,818) más convincente y con gomas blandas.
En Q3 Sainz se vio más desnudo sin juegos nuevos a usar y la primera tentativa le dejó octavo con un lejano 54,1. Para evitar el tráfico masivo de la parte final, el madrileño salió más tarde que nunca y se quedó solo para su vuelta buena, que le mantuvo en la octava posición aunque con un decente 54,010. Sainz saldrá en la zona sucia y espera sufrir más ante el exceso de velocidad del trazado, mostrando sorpresa por entrar en Q3 tras unos entrenamientos poco halagüeños.
Este circuito es duro en todas las vueltas, siempre vuelves a boxes con algo roto. Hemos intentado ser intuitivos y usar el duro para calentar el coche en la Q1, así retrasábamos el uso del blando lo máximo posible para mantener la evolución de la pista. Eso ha permitido usar un juego nuevo de blandas en Q2 y tomar el rebufo de Russell para mayor beneficio. En la Q3 ya salimos con dos juegos seminuevos de blandas pero sin la ayuda del rebufo se ha visto más dónde está el coche. Mañana será una carrera complicada y hemos guardado dos juegos de medios, salir octavo es un triunfo porque miraremos más los retrovisores que al frente.