Extraño Gran Premio de Mónaco con dos interrupciones por bandera roja (la primera técnicamente antes de arrancar) y presencia de lluvia, lo que junto a una cuestionable estrategia de Ferrari dejó a un Charles Leclerc fuera de la pelea por la victoria. Sin embargo, esa situación jugó en favor de un Carlos Sainz que fue segundo tras pedir al equipo quedarse en pista con neumáticos de lluvia cuando le sugerían parar y montar los neumáticos intermedios. Esta decisión y el error de su compañero de equipo le dieron un puesto, aunque por delante quedó un Sergio Pérez que acertó en estrategia y en pista. Por su parte, Fernando Alonso tuvo una carrera relativamente anónima aunque bien resulta, camino a la séptima posición.
El Gran Premio de Mónaco siempre pone un énfasis especial en la sesión clasificatoria, esencial por virtud de la dificultad para adelantarse en pista. En este sentido, los dos pilotos españoles estaban bien situados tras buenas actuaciones el sábado. Carlos Sainz partía desde la segunda posición y con el objetivo declarado de buscar la victoria. Mientras tanto, Fernando Alonso salvó los muebles con una excelente séptima posición y aunque ambos terminaron la Q3 con sendos golpes, las expectativas de cara al domingo eran positivas y con buenas opciones de cerrar un fin de semana satisfactorio.
La carrera comenzó con una hora y cinco minutos de retraso, con los dos pilotos españoles optando por neumáticos de lluvia extrema. Ambos mantenían posiciones en las primeras vueltas, sabiendo que el camino en su caso era aguantar esas gomas en buen estado hasta que llegara el momento de cambiar a neumáticos lisos. La jugada le salió bien a Sainz, que pedía al equipo quedarse en pista incluso cuando le pedían parar. Aunque aún mejor le salía a un Pérez que tomaba el liderato de la carrera después de las paradas cerca del primer tercio de la prueba. Eso sí, el madrileño pasaba a estar por delante de su compañero de equipo, un Leclerc que caía al cuarto puesto, incluso por detrás de Verstappen.
En una carrera extraña con muy pocos cambios de posiciones, la interrupción por el accidente de Schumacher volvió a alterar el desarrollo de la prueba, con una resalida con 40 minutos de carrera por delante y con Sainz con neumáticos duros frente a los medios de los Red Bull. El madrileño era segundo, persiguiendo a un Pérez que lideraba la carrera con seguridad. Por su parte, Alonso seguía séptimo como toda la carrera. Tras la resalida, realmente no hubo historia en un Gran Premio de Mónaco que tuvo buenas defensas (como la de Alonso frente a Hamilton) pero no cambios de posición.
De esta forma, la carrera finalizó con Carlos Sainz igualando su mejor resultado en la Fórmula 1 al obtener un segundo puesto en una carrera complicada para Ferrari en la que deberían haber logrado mejores resultados. El madrileño vuelve por lo tanto al podio en un momento en el que realmente lo necesitaba. Por su parte, Fernando Alonso se defendió de los insistentes intentos de Hamilton y se ganó una más que correcta séptima posición, creando un ‘tren’ de coches que le perseguían en los últimos veinte minutos. Con todo, resultado positivo para los dos españoles, que se van del Principado con un buen botín de puntos.