Carlos Sainz va marcando su estilo poco a poco en el asfalto. El Gran Premio de Mónaco era una carrera oportuna para Toro Rosso, que suele lograr buenos resultados en el revirado circuito urbano, y el piloto madrileño no ha decepcionado al finalizar sexto, siendo de nuevo el mejor más allá de los tres equipos punteros. Los problemas de Lewis Hamilton en la Q2 han alterado un poco la parrilla de salida, aunque el español no se vio afectado por ninguna circunstancia en especial.
Tanto Sainz como Daniil Kvyat se han mostrado rápidos durante el fin de semana, entrando con regularidad en el top 10 en casi todas las sesiones. Pero el sábado es un día muy importante en Mónaco y Sainz ha conseguido domesticar su máquina italiana. Ya en Q1 acabó séptimo, solo por detrás de los líderes y de un sorprendente Stoffel Vandoorne. El accidente del belga en la Q2 no perjudicó a Sainz, que pasó con el octavo mejor tiempo a la vez que su compañero Kvyat caía por apenas milésimas.
La Q3 ha sido aún mejor a pesar de que solo era la segunda visita a la sesión definitiva del sábado en 2017. Sainz no ha cesado en su empeño y ha bajado aún más sus tiempos, limando milésimas en el sinuoso trazado del Principado hasta acabar con un buen 1:13.162 que le deja en la sexta posición de la parrilla. El piloto de Toro Rosso saldrá justo por delante de Sergio Pérez y de Romain Grosjean, que deberían ser sus rivales de cara a la lucha en la zona de puntos.
Se espera que Hamilton remonte después de un complicado sábado para el de Mercedes, hecho que no preocupa demasiado a Sainz. El piloto español cree que es posible mantener la sexta plaza desde la que partirá, después de ejecutar lo que definió como «la vuelta buena del año» y explicando que se encuentra mucho mejor que en otros circuitos. Está por ver si el optimismo del madrileño se cumple, aunque desde luego es mucho mejor encarar un buen fin de semana con ganas de luchar por posiciones poco habituales.