Si antes de empezar la carrera en Paul Ricard, se hubiera hablado de un quinto de Carlos Sainz y un sexto de Fernando Alonso, nadie se habría mostrado especialmente sorprendido. Una remontada sólida para el madrileño era esperable con lo bien que iba el Ferrari, mientras ver al Alpine sexto habría sido muy razonable para el asturiano. Tras las 53 vueltas de carrera en la que podría ser la última aparición del trazado de Le Castellet a corto plazo, las sensaciones son muy distintas. Alonso sí sacó todo el provecho posible de la carrera, mientras Sainz fue ‘víctima’ de una situación táctica extraña y un bizarro debate sobre la estrategia en los últimos compases que le llevaron a tomar lo que se percibe abiertamente como una decisión demasiado conservadora.
La sesión clasificatoria del sábado fue muy positiva en rendimiento para los dos pilotos españoles, con un Carlos Sainz que era especialmente rápido y que podría haber peleado por la pole position de no ser por el cambio de componentes de la unidad de potencia de su Ferrari, causando penalizaciones que le mandaban a la décimo novena posición. Así, su sesión clasificatoria se centró en ayudar a Charles Leclerc a lograr la pole position. Mientras tanto, Fernando Alonso tuvo una buena jornada y cerró la Q3 en séptima posición, colándose por lo tanto en la cuarta fila de la parrilla de salida. Sin embargo, todos los ojos estaban puestos en la gestión de la degradación y el ritmo de carrera.
En cuanto a la elección de neumáticos, Alonso optó por los medios que prácticamente todos los pilotos montaron en el primer stint. Por su parte, Sainz era uno de los tres pilotos en empezar la carrera con gomas duras. En la salida, Alonso realizó una gran arrancada que le llevó a la quinta posición tras dar cuenta de Russell y Norris. Mientras tanto, Sainz estaba en la zona baja y subía a la décimo sexta posición, ayudado en parte por el trompo de Tsunoda. El compañero de equipo del japonés, Gasly, era el primer piloto en ser superado por Sainz tras su empuje inicial, antes incluso de activarse el DRS en la vuelta 3.
La fortuna de los dos españoles era encontrada, con Alonso perdiendo un puesto con respecto a Russell mientras prácticamente a la vez, Sainz daba cuenta de Schumacher y de Albon primero, Magnussen unos giros después. En la vuelta 14, el de Ferrari ya estaba en zona de puntos al situarse décimo, con muchas vueltas por delante para intentar mejorar su situación en carrera. En cuanto a ritmo, no había nada que objetar, superando a un piloto tras otro, pero después del peor momento de la carrera para Ferrari con el abandono de Leclerc tras un accidente, Sainz paraba en boxes durante la presencia del coche de seguridad y causaba un ‘unsafe release’ que le generaba una sanción de cinco segundos.
A pesar de todo, el ritmo del madrileño era excelente y así, llegó a situarse en cuarta posición en la vuelta 31 tras superar a Russell, aprovechando su uso de neumáticos medios cuando sus rivales rodaban con duros. Este ritmo permitía a Sainz alcanzar a Pérez y a Hamilton, formándose un estrecho grupo de pelea por la segunda posición aunque con la expectativa de que Sainz debía aún pasar por boxes al contar con gomas más blandas que las de sus rivales. Esto ayudó al número 55 a tomar la tercera posición de Pérez a falta de once vueltas para el final, a la vez que entre piloto y radio había algo de confusión sobre si realizar o no dicha parada. Al final, Sainz paró en boxes, cumpliendo sanción y volviendo a pista noveno.
Las últimas vueltas le sirvieron para llegar hasta el quinto puesto tras adelantar a Ocon, Ricciardo, Norris y Alonso, sexto. Por su parte, el asturiano gestionó la carrera con habilidad y sin grandes aspavientos para acabar viendo la bandera ajedrezada en un resultado satisfactorio, sobre todo desde el punto de vista del campeonato de constructores. Sensaciones encontradas, por lo tanto, con resultados muy parecidos, para los españoles. Donde Fernando Alonso se marcha de Paul Ricard con la sensación de haber aprovechado la carrera y haber logrado todo lo que era posible, Carlos Sainz cierra el GP con una gran remontada pero con la sensación de que quizás la opción más arriesgada de no parar a falta de una decena de vueltas podría haber arrojado un resultado distinto, por difícil que fuera lograrlo.