Los grandes protagonistas de la segunda jornada de test de la pretemporada 2018 de la Fórmula 1 en el Circuit de Barcelona-Catalunya (más allá de la nieve) fueron los pilotos de los grandes equipos como Sebastian Vettel, Valtteri Bottas o Max Verstappen. Pero bastante más atrás, un joven monegasco daba los que podrían ser sus primeros pasos hacia un brillante futuro en la categoría reina. Charles Leclerc debutó hoy como piloto oficial de Sauber al realizar su primer día de test. El actual campeón de la Fórmula 2 causó la primera interrupción de la jornada con una bandera roja aparecida por un trompo sufrido por la mañana en la curva 4.
Leclerc se mostró satisfecho con su trabajo en un día especialmente complicado: «Mi primer día como piloto de Fórmula 1 ha sido genial. Hacía mucho frío y la pista estaba muy resbaladiza pero ha sido un buen día para mí», afirmó. Sobre su error matinal, explicó que fue una simple salida de pista por buscar el límite: «He empujado demasiado en la entrada de la curva 4 y eso es lo que me hizo trompear. Pero para eso están los test; para intentar entender el límite del coche. Pero no fue un problema, no ha habido ningún daño en el coche».
Habría sido fácil valorar el día como una jornada perdida sin demasiado que hacer pero a pesar de ello, el piloto de la Ferrari Driver Academy opina que aún se puede sacar provecho de la situación: «Tenemos varios sensores en el coche que dan información a los ingenieros, así que salir a pista fue útil en ese sentido. Desde el punto de vista del pilotaje, la mañana no nos sirvió de nada pero por la tarde pudimos rodar algo más cerca del límite. Por la mañana, entre el frío y el hielo en pista, era imposible tener información útil para el piloto«, comentó.
Un punto especialmente polémico en esta pretemporada 2018 es el Halo, que Leclerc probó hoy por primera vez: «No tuve ningún problema de visibilidad con el Halo. Quedé sorprendido positivamente. Desde el punto de vista del piloto, ni lo notas. Entrar y salir… sí, es difícil. Pero no podemos hacer nada al respecto», afirmó con resignación. Bastante más feliz estaba al pensar en el Gran Premio de Mónaco, su carrera de casa: «Tengo muchas ganas de que llegue mi carrera de casa. Ya fue muy especial el año pasado en la Fórmula 2 y este año también lo será, en la Fórmula 1».
Para Leclerc, su debut en la Fórmula 1 traerá multitud de cambios en su vida, aunque por ahora sigue viviendo en Mónaco y vuela a Hinwil cuando es necesario. Lo que sí ha notado, es el aumento de personal involucrado en la competición: «Trabajar con tanta gente es probablemente lo más difícil a lo que tendré que habituarme. También hay mucha más atención de la prensa (ríe), mucho más que en la F2, y no estoy habituado. En general, en la Fórmula 1 hay mucha más gente y eso es un gran cambio. En el equipo, hay una persona para cada pequeño detalle del coche y lleva algo de tiempo aclimatarse», explicó.
Uno de los principales puntos de atención en Sauber este año será la comparativa entre Leclerc y su compañero, Marcus Ericsson. El monegasco tiene claro cómo debe ser la relación: «Evidentemente, mi compañero de equipo es el único que tiene el mismo coche que yo y es importante estar por delante pero no debe convertirse en una obsesión. Creo que es necesario centrarse en el trabajo en equipo primero y así es como iremos hacia adelante. Si puedo batirle estaré contento pero no tiene que convertirse en una obsesión», concluyó.