La segunda sesión de entrenamientos libres previa al GP de Australia ha vuelto a ser testigo de las dificultades que han sufrido especialmente los pilotos en el segundo sector de Albert Park para mantenerse sobre el asfalto, viendo de nuevo salidas de pista incluso entre los campeones del Mundo en parrilla, con Fernando Alonso saliéndose en el mismo punto en el que Max Verstappen lo había hecho en el FP1 (espectacular el bote del AMR24) o el propio Lewis Hamilton que se iba a la escapatoria antes de la recta de atrás.
Incluso el propio Charles Leclerc, autor de una vuelta impresionante para encabezar la tabla de tiempos de la FP2, terminó el día saliéndose en la frenada de la primera curva cuando el cronometro ya descontaba los últimos diez minutos de estos entrenamientos libres del viernes. El monegasco se quedaba con el mejor registro con un más que prometedor 1:17.277, con Max Verstappen (el neerlandés pasó el primer cuarto de hora en el box, esperando que los mecánicos revisaran el suelo y suspensiones de su RB20) segundo a 381 milésimas y con Carlos Sainz dejando buenas sensaciones este viernes, tercero, a poco más de cuatro décimas y superando este primer día en pista desde su operación.
Tras ellos, los dos Aston Martin, con Lance Stroll por delante de Fernando Alonso, a seis décimas del tiempo marcado por Leclerc en el caso del bicampeón, mientras que el primer Mercedes era el de George Russell, sexto, por delante de Checo Pérez y de los dos McLaren. Angustiosa la radio de un Lewis Hamilton que preguntaba acerca de los tiempos que estaba realizando Charles en una de sus tandas largas con el compuesto medio, con el heptacampeón diciendo por radio que «algo no marchaba bien» cuando su ingeniero le daba el dato de que el de Ferrari se encontraba instalado en el 1:22. No está siendo el mejor arranque de año para Hamilton, sin confianza con el W15 y muy lastrado por la falta de rendimiento a una vuelta de cara a clasificación.
Williams podría estar obligada a decidir:
La noticia más importante de este viernes vendría después del accidente sufrido por Alex Albon en la FP1. El Williams del británico quedaba seriamente dañado después de su golpe contra las protecciones y en la escudería con sede en Grove sospechaban que no sólo la caja de cambios podría haber resultado dañada, sino que también podría haber afectado al chasis. La situación era si cabe todavía más cruda para ellos después de conocerse que no contaban en el equipo de James Vowles con una tercera unidad del chasis.
En esos momentos se ponía inmediatamente sobre la mesa la posibilidad de que Alex Albon terminara por tomar prestado el chasis de su compañero, Logan Sargeant ya desde la jornada del sábado, lo que significaría que, de no estar en buenas condiciones el de Alex, esto supondría que el estadounidense se podría quedar sin competir finalmente en el tercer evento de la temporada. Los problemas de adaptación de Logan, no hacían más que cargar de razones para que en el equipo pudieran tomar la decisión de bajarle del coche para que el primer espada pueda estar a su volante buscando ese punto que puede marcar la diferencia en el campeonato de constructores.
Más de uno se llevó las manos a la cabeza al ver trompeado precisamente al norteamericano durante la FP2. En el equipo no se podían permitir perder a los dos coches, por lo que el trompo tras tocar la grava de Sargeant heló a más de uno la sangre. Con Albon en buenas condiciones físicas después del accidente, siguiendo desde el box la segunda sesión mientras que Vowles enumeraba los daños en su coche: “El motor está dañado, la caja de cambios está partida en dos y el chasis está dañado. Es lo peor que podrías haber tenido. No tenemos un tercer chasis aquí, eso es correcto. Así que ahora la cuestión es si podemos reparar este”.