Este fin de semana arranca la Fórmula 3 en el Circuit de Barcelona-Catalunya y faltaban aún dos asientos por rellenar en Charouz Racing System, uno de los equipos más discretos y sin embargo codiciados por su teórica facilidad monetaria. Dichos asientos ya han sido ocupados, uno de forma esperada por Logan Sargeant y otro más inesperadamente por Enzo Fittipaldi, apellido y piloto conocido del certamen que aún así llega sin haber hecho ningún test con la escuadra checa.
Sargeant ha tenido un invierno demasiado tenso para lo que se esperaba. El estadounidense perdió el título de F3 el año pasado por culpa de un choque en las primeras curvas de la carrera decisiva en Mugello y vio como Oscar Piastri se quedaba tanto con el cetro como con el asiento de Prema en F2. Se resignó a buscar oportunidades en GTs hasta que Charouz le permitió probar en los test de Austria y Barcelona, dando así a Sargeant una tercera temporada que le podría ayudar a buscar un mejor futuro a pesar de disponer de un coche en teoría poco competitivo.
Por su parte, Fittipaldi hará un doble programa complejo entre Europa y Norteamérica en su tercera temporada en la mundo de la F3. Subcampeón de la Fórmula Regional Europea en 2019, el nieto de Emerson quedó en zona media en su estreno la pasada temporada con HWA, equipo de mejores garantías pero también más irregular. Fittipaldi compite en la Indy Pro 2000 con RP Motorsport (y ayuda técnica de Andretti Autosport) y llega sin experiencia en el equipo.
El sitio que ocupará Fittipaldi estaba inicialmente destinado para Michael Belov, protegido de SMP Racing que corrió las tres últimas rondas de 2020 con Charouz y parecía claro candidato a repetir hasta el punto de hacer los dos test de pretemporada con los checos. Aleksandr Smolyar se queda así como único representante ruso y de SMP en la parrilla, dónde Charouz buscará evitar el farolillo rojo con un piloto de tercer año, un sophomore experimentado y un rookie misterioso en Reshad de Gerus.