Checo Pérez se doctora en Mónaco y deja a Ferrari en el caos estratégico

Aunque las previsiones anunciaban una reducción de la probabilidad de lluvia, el Gran Premio de Mónaco nos tenía reservadas unas precipitaciones de última hora que no sólo retrasarían el inicio de la carrera, sino que literalmente aplazarían la prueba en más de una hora y 10 minutos y esto llevaría a que fuera impensable el poder cubrir la distancia completa de carrera, algo que quedaría completamente sentenciado después de una bandera roja provocada por el accidente de Mick Schumacher en la zona de la piscina que dejó el HAAS de nuevo partido, aunque en esta ocasión sin ver imágenes tan dramáticas como las vividas en Bahréin hace dos años con Romain Grosjean.

Se dilató mucho el inicio del Gran Premio de Mónaco, incluso demasiado, ya que la carrera ofreció varias ventanas de oportunidad que no fueron aprovechadas por dirección de carrera y precisamente cuando iba a salir el Coche de Seguridad, de nuevo arreció. Se despejaron las dudas y todos tuvieron que salir con el compuesto de lluvia extrema, aunque el punto de corte que aconsejaba montar el intermedio no tardó en llegar, con pilotos como Pierre Gasly, siendo los más aventurados y demostrando desde muy pronto la velocidad extra que daban estas ruedas. El francés tendría una lucha cerrada con Zhou, llegando a tener tanto diferencial de potencial respecto al piloto chino que se lo quitó de encima en Mirabeau.

Tras 16 vueltas, los pilotos de cabeza no podían mantenerse ajenos a esta situación del intermedio, por lo que Checo Pérez sería el primer en parar junto a Hamilton, momento en el que desde Ferrari llamaban también a Carlos para bloquear al mexicano. La respuesta negativa de Sainz le llevaría a pedir al equipo que se replantearan la estrategia, que le permitieran seguir en carrera y que darían el salto directamente del neumático de lluvia extrema al de seco. Desde el muro del cavallino aceptaban, conscientes de que el intermedio también iba a perder su batalla respecto al slick no mucho más adelante.

¿POR QUÉ? ¿QUÉ ESTÁIS HACIENDO? 🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬

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Verstappen y Leclerc pararían en la 19, con el monegasco perdiendo su posición respecto a Checo, mientras que Ocon y Lewis Hamilton se tocaban en una acción que sería investigada posteriormente sobre el francés. La carrera estaba muy agitada y Sainz se estaba dejando muchos segundos, hasta verse obligado a parar en la vuelta 22 para poner el neumático duro, mientras que Leclerc entraba detrás del español cuando se escuchaba una radio de Xavi su ingeniero de pista diciéndole que se quedara fuera. Acababa de saltar por los aires la carrera de Charles y para Carlos también se evaporaba la opción de triunfo después de una primera vuelta muy lenta tras un doblado, concretamente el Williams de Latifi, algo que también arruinaba sus opciones de mantenerse por delante de Pérez tras la detención del de Red Bull.

Tocaba apretar, algo que Sainz haría con fuerza en las primeras vueltas, aprovechando que su neumático duro tenía mejor temperatura que el de Checo y parecía que estaba a punto de conseguirlo hasta que sufriría un susto de grandes dimensiones por un aquaplaning en recta de meta que a punto estaría de llevarle al muro. No pudo ser y a partir de ahí la historia tendría un entreacto en el que Mick Schumacher sufriría un enorme accidente en la vuelta 27, con el HAAS quedando seccionado a la altura de la caja de cambios cuando estaba afrontando la sección de la piscina. Primero Virtual Safety Car, después coche de seguridad y finalmente bandera roja.

¡Con el coche COMPLETAMENTE DESTROZADO!

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En la relanzada después de la bandera roja, extrañó ver a los dos Ferrari montar el neumático duro usado mientras que el resto prefirió una estrategia de medio con la que llegar rápidamente a la temperatura óptima en un asfalto que estaba lejos de tener la temperatura de un día de mayo. Esto cerraba en principio la oportunidad de Carlos Sainz y de Charles Leclerc en esas primeras vueltas, pero abría la opción de lanzar un ataque en caso de que las ruedas de los Red Bull se vinieran abajo con el paso de las vueltas.

Después de su buen desempeño en las primeras vueltas, fue extraño ver precisamente al mexicano bloquear uno de sus neumáticos en la frenada en la que precisamente ayer Alonso tuvo el accidente, una pequeña grieta que más adelante podría convertirse en un problema mayor. Comenzó una sección de carrera de menos de tres cuartos de hora en la que la carrera se mantuvo muy estable, con todos controlándose y con Pérez imponiendo un ritmo muy lento, el que más le convenía para la gestión de gomas.

En las plazas traseras, Fernando Alonso iba a hacer de stopper a Lewis Hamilton y a todo el tren que se formaba a sus espaldas. El asturiano se pasaría más de 20 minutos de carrera rodando en tiempos muy lejanos a los de cabeza (los cuales a su vez tampoco eran los más veloces), llegando incluso a desesperar a un Lewis Hamilton que reclamaba a sus ingenieros a través de radio la posibilidad de una estrategia alternativa con para en boxes para tratar de quitarse “al tío este de delante”.

Podría parecer que el Alpine A522 del ovetense podría estar pasando un bache de rendimiento, sin embargo, a falta de quince minutos para el final, Fernando Alonso se situaría momentáneamente con la vuelta rápida, justo en el momento en el que Lando Norris decidía aprovechar esa parada gratis que tenía para detenerse en boxes y pensar en esa recta final de carrera, cubriéndose ante una posible caída de prestación del compuesto medio y de paso pensar en luchar por ese punto extra.

Se confirmaba en ese punto la sanción de cinco segundos a Esteban Ocon con la que podría incluso caer fuera de la zona de puntos, mientras que, en las plazas delanteras, el RB18 de Pérez empezaba a mostrar zonas oscuras en ambos neumáticos, muestra inequívoca de un graining que se estaba haciendo cada vez más ancho. En esos momentos, Sainz recibió la confirmación que necesitaba a través de la radio, la respuesta a una pregunta que había hecho minutos antes y que en esos momentos no parecía indicar la caída del neumático de Checo.

Se le echaba encima el madrileño, hasta el punto de ser apenas una prolongación de su alerón trasero, sin embargo, Pérez volvería a demostrar una gran capacidad de gestión y de inteligencia en carrera, aguantando todos los ataques y aferrándose a esa primera posición para redondear un fin de semana que ayer se complicó en parte por ese accidente en Q3.

Después de salir tercero, el mexicano sumaba su tercer triunfo en la Fórmula 1, el primero en 2022 y en una plaza tan icónica como lo es Mónaco, muy alejada de los triunfos anteriores en Bahréin y Bakú. Si desde Red Bull necesitaban una nueva señal para renovar al latino, ya está aquí “¡VAMOS!” el grito de celebración de un Checo que daba la vuelta de honor con la tricolor en mano y festejando la victoria más lustrosa de su carrera, además del reciente nacimiento de su tercer hijo. Situación clave para él de cara al campeonato ya que le permite de nuevo igualar la balanza con su compañero y meter presión pública para que desde la escudería de Milton Keynes no vuelvan a llevarle a la estrategia perdedora.

Muy distinta era la exclamación realizada por Leclerc, con un “¡Ay ay ay ay!” que recordó al ridículo en clasificación realizado por el equipo Ferrari en 2019 y que llevó a que Charles tuviera una reacción idéntica. La maldición de Leclerc en los trazados urbanos continúa, más aún cuando hablamos de su Gran Premio de casa.

Clasificación – Gran Premio de Mónaco 2022:

Fotos | HAAS, Ferrari y Red Bull