Tras las declaraciones realizadas desde Honda Performance Development, en las cuales se advirtió que el proveedor japonés estaría considerando abandonar la IndyCar si en los próximos años no observan una drástica reducción en los costos operativos, desde General Motors indicaron que en caso de verse obligados a ser los únicos fabricantes presentes en la IndyCar asumirían tal compromiso, tal como lo hicieron a principios de la década del 2000, cuando la extinta Indy Racing League se sustentó sobre los motores Chevrolet y Oldsmobile.
En la IndyCar, Chevrolet mantiene sociedad con Ilmor Engineering, empresa que también posee vínculos con Roger Penske, propietario de la IndyCar, del circuito de Indianápolis y una de las más respetables figuras del deporte motor en los Estados Unidos. Por tal razón, difícilmente desde Chevrolet cuestionen las decisiones que se tomen en Penske Entertainment y más aún cuando la IndyCar ha aumentado su popularidad en los últimos años, lo que se puede constatar a través de las cifras de audiencia y la cantidad de espectadores que acuden a los circuitos, sin dejar de mencionar la exposición en internet y en las redes sociales.
Por su parte, Jim Campbell, vicepresidente de rendimiento deportivo de General Motors, señaló que Chevrolet y la IndyCar deben permanecer juntos, aunque una gran legión de seguidores se incline por asociar a la marca con el Corvette de la IMSA y el Camaro de la NASCAR. En lo personal prefiere competir contra otro fabricante, tal como ha ocurrido con Honda durante años, pero si el escenario es quedarse como únicos proveedores de motores hasta que aparezca un nuevo retador, entonces lo harán porque además de mantener viva la pasión por la categoría tienen un compromiso a largo plazo con pilotos, equipos y empleados.
Vía RACER