No es nada habitual que un World Rally Car sea superado en los tramos del Mundial de Rallyes. Los que han sido los coches estrellas de la disciplina durante las dos últimas décadas y con permiso de los Kit Cars, han dominado prácticamente cada especial disputada durante los últimos años, haciendo que haya sido prácticamente un elemento utópico el hecho de ver que un piloto con otro vehículo de una categoría inferior pudiera batirle. Hay algunos ejemplos durante esta misma década que hemos buscado para que saciéis vuestra curiosidad en el caso de que como a nosotros os haya quedado dicha duda desde el viernes.
Y es que en la primera jornada del Rally de Suecia 2019, la que se disputaba prácticamente en su totalidad sobre suelo noruego, Jari Huttunen fue el gran responsable de que Esapekka Lappi no pueda presumir todavía de haber logrado su primer scratch como piloto de Citroën Racing a pesar de que aquí el finlandés incluso ha buscado inspiración en un gran ex-piloto finlandés del Grupo PSA, Timo Salonen, del cual ha copiado el estilismo con sus gafas especiales para la nieve. Lejos de esta curiosidad, el ya ex-piloto del programa de jóvenes promesas de Hyundai Motorsport fue capaz de situar su Skoda Fabia R5 alquilado a Printsport por delante de todos los World Rally Cars.
Sería precisamente en la delicada primera pasada por la especial de Torsby. Apenas 8,93 kilómetros disputados ya de noche en los que se quedaban atascadas las esperanzas de Jari-Matti Latvala en una cuneta. Huttunen le daba de esta forma el segundo scratch absoluto al Skoda Fabia R5. ¿Cuándo fue la ocasión anterior? Pues precisamente el honor corrió a cargo del vigente campeón del WRC2, Jan Kopecky.
El piloto checo, que finalmente se espera que no dispute el WRC2 Pro y que se centre en defender su título nacional y en participar en pruebas concretas del Mundial, consiguió la gran machada de vencer por primera vez a uno de los WRC de la actual generación con sus 380 CV y aerodinámica a mansalva. Fue hace ya dos años, en el Rallye de Alemania de 2017 y, en este caso, se trata de algo circunstancial ya que la especial en la que lo consiguió el scratch fue Saarbrücken, el tramo espectáculo de 2,05 kilómetros que se desarrollaba para abrir la competición en un recorrido muy estrecho, con horquillas muy cerradas y con barreras de hormigón que acabaron por ejemplo con la carrera de Kris Meeke. Al igual que lo sucedido entre Huttunen y Lappi el viernes, Kopecky consiguió el scratch por tres décimas sobre el Ford Fiesta RS WRC de Ott Tänak.
Hay otros dos ejemplos más que se produjeron en el pasado en superespeciales, en ambas ocasiones en el Rally de Suecia. En la edición de 2015, Pontus Tidemand lograba su primer scratch en el Mundial de Rallyes. El tercer piloto de M-Sport en las dos primeras citas de 2019 conseguía superar con su Ford Fiesta RRC al Citroën DS3 WRC de Mads Ostberg, curiosamente por tres décimas de nuevo y en los 1,90 kilómetros de la ya clásica superespecial que se celebra en el hipódromo de Karlstad. Al igual que Kopecky, el vencer el tramo espectáculo con el que se iniciaba la prueba le llevaba a dormir esa primera noche como líder absoluto.
No hace falta ir muy lejos para encontrarnos otro caso similar, también en Suecia, pero en este caso protagonizado por el Ford Fiesta S2000 de Martin Prokop. Los 1,87 kilómetros que conformaba el tramo espectáculo de Hagfors Sprint en la edición 2010 de la cita escandinava nos dejó con la curiosidad de ver hasta tres Fiesta S2000 colarse entre las cuatro primeras posiciones. No era el inicio de la prueba, sino que dicha especial se encontraba programada para ser la 16ª, pero las cambiantes condiciones nos llevaban a ver al piloto checo conseguir su primer scratch en el WRC por 2,4 segundos de ventaja sobre Bernardo Sousa y 3,6 con Sébastien Loeb. Precisamente Janne Tuohino sería el tercer Ford, cediendo 4,8 segundos con el ahora dakariano.
Queda uno más, quizás el más espectacular. Muchos sabrán de cuál estoy escribiendo que debemos remontarnos a la temporada 2012, la misma en la que Sébastien Ogier se vio obligado a tomarse un año ‘sabático’ a la espera de que el Volkswagen Polo R WRC estuviera listo. El francés se dedicó a impresionar a propios y extraños con su ritmo al volante del Skoda Fabia S2000, aunque sin duda la más espectacular de sus actuaciones llegó en Cerdeña, donde terminaría quinto. Ogier consiguió completar la primera pasada por Tergu – Osilo con un crono que era siete segundos más rápido que el del primer World Rally Car, en este caso el de Evgeny Novikov.
Esos 14,88 kilómetros fueron sin duda uno de los casos más raros del Mundial de Rallyes moderno, no solo por el scratch de Sébastien Ogier con el Fabia S2000, el primero para un vehículo de esta disciplina. Dentro del Top5 de dicho recorrido nos encontrábamos a Karl Kruuda en quinta posición y lo más sorprendente aún, a Manfrinato Giovanni con un Mitsubishi Lancer Evo IX subiendo a la tercera plaza. Ogier en aquel momento lo explicó como que su coche al tener menos torque había cuidado mejor los neumáticos, siendo este el último tramo de ese primer bucle. Lo mires por dónde lo mires, una actuación sobresaliente.