El Mundial de Rallyes llega en Finlandia al inicio de la recta final de su temporada 2018 y lo hace con la lucha entre Thierry Neuville y Sébastien Ogier por todo lo alto. Si bien podemos caer en la tentación de dejar a Toyota y Citroën en un segundo plano, la victoria para ambos equipos sigue siendo tanto algo vital como una posibilidad, por lo que no se puede dejar pasar ningún detalle ni mejoras.
En el caso de Toyota GAZOO Racing, ya se sabe hace semanas que la opción pasaba por estrenar una nueva evolución de motor para el Yaris WRC, mientras que Citroën Racing no había anunciado hasta el momento de ningún tipo de novedad en su C3 WRC. Después de presentar durante el pasado Rally de Argentina cambios en la geometría del eje trasero destinados a dar más confianza en la zaga a los pilotos, la firma de los dos chevrones trabaja también en modificaciones en la parte delantera, algo que han estado probando sus pilotos y que se debería decidir acerca de su implantación esta misma semana.
Ya sin Kris Meeke en el equipo después de haber ganado la edición de 2015 de la prueba finlandesa, parece que el equipo se está dejando guiar en parte por la experiencia de Mads Ostberg, piloto que disputará todas las carreras restantes salvo el Rally de Catalunya en el que Sébastien Loeb realizará su reaparición después de México y Córcega. El noruego cree que la llegada de estos cambios en el frontal ayudarán a mejorar las sensaciones especialmente con un coche mucho más blando en sus reglajes, algo que en principio no tendrá mucha incidencia en Finlandia ya que allí se corre con una de las configuraciones más rígidas de la temporada.
Nos sentimos positivos al respecto. Es una de las cosas que hemos estado observando desde hace un tiempo y ya he estado probando con esto en Portugal y España. La filosofía del automóvil está cambiando, vimos que el equipo trajo la nueva geometría trasera para el automóvil, pero el delantero no lo continuó. Con esta nueva configuración, significaría que podríamos hacer funcionar el automóvil un poco más blando y aun así tener un buen agarre.
El Citroën C3 WRC es el único coche que no ha terminado por adoptar una aerodinámica similar a la que utiliza el Toyota Yaris WRC, la misma que según M-Sport le genera mucha más estabilidad en el eje trasero pero que también le lleva a generar un mayor desequilibrio al empujar la carga a la zaga en los saltos y llevando a producir esos aterrizajes desequilibrados que ya pudimos ver en los recientes test sobre asfalto de Ott Tänak.
Vía | Autosport