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¿Es posible llevar un coche de carreras por la calle? Técnicamente sí, aunque con peros

Todos, cuando éramos niños y quizás no tan niños, hemos tenido la fantasía de rodar por las carreteras de nuestro entorno con un coche de carreras – algo que se vuelve realidad si uno disputa un rallye de casa. Evidentemente, cada coche ha de cumplir con una normativa tanto de seguridad como de emisiones, algo que varía en según qué países y en qué zonas del mundo. Pero ¿es posible llevar un coche de carreras por la calle? En algunos casos, es posible.

Llevar un coche de carreras por la calle, ¿seguro que tienes ganas?

Si hablamos de coches de Grupo N o Grupo A con escasa preparación, no es demasiado complicado ya que hablamos de coches bastante próximos a los de calle (o directamente de calle, con algunas modificaciones). En el caso de coches de rallyes, no olvidemos que literalmente deben circular por carreteras convencionales – incluso los Rally2 y Rally1 del Mundial de Rallyes, o los anteriores World Rally Car, hasta los Grupo B de los que hubo versiones de calle para homologarlos. Eso sí, hay que tener en cuenta la normativa, incluyendo la de contaminación acústica.

La gran pregunta es, ¿seguro que quieres hacerlo? Al eliminarse el aislamiento sonoro del motor, el ruido dentro es tan elevado que, en el caso de los rallyes, piloto y copiloto se comunican a través de un interfono ya que no se puede establecer una conversación normal. Lo habitual, salvo en casos extremos como prototipos, es que no haya aire acondicionado ni ninguna de las comodidades que solemos encontrar en coches actuales, por no hablar de la rigidez de las suspensiones. En carreteras bacheadas, puede hacer que tu próxima visita al fisioterapeuta de confianza sea algo antes de lo previsto.

Una mecánica de carreras está hecha para exclusivamente para competir

La cosa no acaba ahí: los motores y el sistema de refrigeración están pensados para funcionar de manera óptima en condiciones de carrera. De modo que, si se llevan despacio, habrá casos en los que no le entre el aire suficiente y haya problemas de sobrecalentamiento. Aunque puedan proceder de la misma familia de motores, un motor de carreras tiene un fin y un uso determinados.

No es tan simple como plantar un motor de carreras – además de la cuestión de las cajas de cambio de competición y los dientes de sus engranajes. También está la cuestión del acceso, bastante complicado al tener que acceder a habitáculos pequeños y encima sortear la jaula de seguridad cada vez que uno entra y sale.

Dame más gasolina

Skoda Fabia Rally2 llevado al límite en el Rally de Croacia por Pepe López.

Las complicaciones continúan si recordamos un pequeño detalle: el coste. ¿Te quejas de que la Sin Plomo 98 esté a casi dos litros en algunas gasolineras de España? La gasolina de carreras, para la que están diseñados estos motores, ronda los 5,5 euros el litro. Rellenar un depósito de 60 litros sale por 330 euros nada menos – y, ahora que entramos en la era de desarrollo de combustibles sintéticos, el coste se dispara hasta los 7 euros el litro. Aparte, está la cuestión de los frenos, los neumáticos, el mantenimiento del propio motor con elementos que se deben cambiar cada x kilómetros (se cuentan kilómetros de carrera, no de enlaces), etc.

Incluso en casos de coches de rallyes, no será demasiado caro mantener el consumo de un motor 1.6 turboalimentado…¿no? Sorpresa: un Rally2 puede llegar a consumir entre 70 y 75 l/100 km, pudiendo pasar de los 100 l/100 km en según que terrenos, como tramos cuesta arriba en el Tour de Córcega. Cierto es que tienen un modo enlace en el que el motor consume menos…pero seguimos hablando de en torno a 30 l/100 km, de ahí que en cada rallye haya zonas de repostajes.

Hay entusiastas por el mundo que, aún así, se atreven con todo

El icónico Porsche 917 adaptado para su uso en carretera, manteniendo su estilizada silueta de competición.

Por supuesto, hay quien decide dar el paso y convertir su coche de carreras en coche matriculado – un caso mítico fue el del Conde Rossi, quien convirtió su 917 (chasis 030, que había corrido y servido de mula de pruebas para el ABS) en coche de calle, ejemplo que se seguiría tiempo después argumentando que su 917 tenía las mismas especificaciones que el hombre que hizo posible la alianza entre Porsche y Martini. También se han visto casos de otros coches de resistencia convertidos a coches de calle, como pasó con los Porsche 962 (lo cual lo convirtió, técnicamente, en derivado de calle para correr y arrasar como GT1 en Le Mans 1994).

¿Y si quiero un coche de carreras barato para reconvertirlo a coche de calle? Puede surgir esa tentación mirando coches de eventos históricos. Ahora bien, puede no ser la mejor de las ideas, por el desgaste y daños ocultos que esa unidad en particular pueda tener en sus recovecos. Reparar estos desperfectos o piezas desgastadas para dejarlo en estado de revista puede implicar una mayor inversión de la que uno cree, aunque es cuestión de revisar caso por caso porque en alguna ocasión puede ser posible. Por regla general, si es una unidad de calle, es mejor dejarla de calle y si es de carreras, utilizarla para ese fin.

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¡Muy bueno!

David Durán

Habiéndose criado a pocos kilómetros del Circuito de Jerez y viendo cierto trío de ingleses hablando de coches desde pequeño, para David Durán decantarse por el mundo del motor no le fue difícil. Desde que se cruzó con un Ferrari F40 y un Lamborghini Diablo en plena carretera en un 'simple' viaje familiar, siempre ha querido estar ligado a la automoción. Seguir leyendo...

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