Cuando Olivier Panis decidió retirarse de la Fórmula 1 al culminar la temporada 2004 puso fin a una cadena de 39 años con al menos un piloto galo en la parrilla. Los herederos de Maurice Trintignant, François Cevert, Jean-Pierre Beltoise, René Arnoux, Alain Prost, Didier Pironi, Patrick Tambay y Jean Alesi, entre otros; no se divisaban en esos años y mucho se temió que la escuela francesa dejara de producir pilotos para la Fórmula 1. Pero ahora se observa un renacer ya que Pierre Gasly, Esteban Ocon, Romain Grosjean y en cierta forma el monegasco Charles Leclerc parecen seguros en la parrilla de 2018.
Es de hacer notar que por más de tres décadas, la academia de carreras Winfield, situada en el circuito de Magny Cours, graduó gran parte del talento francés que llegó a la Fórmula 1. Pero mucha de la afición por las carreras se perdió cuando Francia quedó sin fecha en el calendario y sus últimos representantes no tuvieron los éxitos de los pilotos de antaño. Según Pierre Gasly, lo que sucede actualmente es una generación espontánea que por suerte ha sido prometedora ya que tanto él, Esteban Ocon y Charles Leclerc; iniciaron juntos en el automovilismo, se vieron las caras en el mini-karts en el año 2005.
Si todo marcha como aparenta, cuatro pilotos galos competirían en 2018, buenas noticias para un país que siempre ha invertido en la Fórmula 1. Mención aparte para los pilotos Franck Montagny y Sébastien Bourdais, quienes desembarcaron en la categoría en medio de situaciones muy particulares, pero cuya presencia también contribuyó a incentivar a las posteriores generaciones.
En palabras de Pierre Gasly:
Esto es genial, especialmente desde que se anunció el retorno del Gran Premio de Francia. Será una gran oportunidad para nosotros los pilotos franceses. La idea de que ahora aquellos niños que fuimos en mini-karts nos encontremos en 2018 otra vez y compitamos en la Fórmula 1 es fantástico. Logramos que los franceses volvieran con mayor fuerza.
Vía | Motorsport Total
