En Australia están alarmados porque General Motors ha decidido cerrar las instalaciones de Holden, incluyendo su planta de diseño e ingeniería, puesto que ello representa la pérdida de unos 500 puestos de trabajo, y además afectará al campeonato Supercars, donde actualmente mantienen sociedad con Triple Eight Race Engineering, operación que involucra al Red Bull Holden Racing Team. La drástica determinación del fabricante norteamericano obedece a un asunto de rentabilidad, adaptar coches para un mercado tan particular arrojaba pérdidas desde hace varios años.
Lo que se sabe hasta ahora es que General Motors va a mantener repuestos y servicios para los Holden comerciales hasta el año 2021, principalmente del ZB Commodore. Las alarmas se han encendido en Triple Eight Race Engineering porque funcionaban como equipo de fábrica de Holden y ahora pierden todo respaldo de un día para otro, y cuando está a punto de iniciar la temporada del Supercars. En tal sentido, Kristian Aquilina, presidente interino y director general de Holden, manifestó que ante tal contingencia deben reunirse de urgencia todos los involucrados en el programa de carreras porque el contrato a largo plazo que previamente se había establecido quedará sin efecto por motivos de fuerza mayor.
Nos hemos comprometido, pero ciertamente ahora necesitamos sentarnos con nuestros socios, con el equipo Red Bull Holden Racing, con Triple Eight y con el Supercars para ver qué haremos en los próximos días y hablar sobre una transición apropiada. Nuestra intención es seguir compitiendo en el 2020 hasta cierto punto, porque General Motors también tomará una decisión en cuanto a su participación en las carreras.
Se cree, según lo que está planteado a nivel corporativo, que General Motors tiene planes de introducir modelos del catálogo de Chevrolet en Australia y Nueva Zelanda, lo que significaría que todos los contratos establecidos con Holden para 2021 quedarán sin efecto, situación que compromete a todos los involucrados en el Supercars. La categoría va a quedar muy mal a nivel de organización porque tras el retiro de Nissan, apenas Ford y Holden quedaban en la parrilla.
Por su parte, el Vicepresidente Senior de Operaciones Internacionales de General Motors, Julian Blissett, quien confirmó la noticia del cierre de Holden, indicó que existe un plan tentativo para vender ciertos coches bajo la división General Motors Specialty Vehicles, y allí estarían los futuros coches de competición destinados a Australia. Tras este anuncio, se comenzó a especular que versiones deportivas del Camaro y del Corvette serían la prioridad.
En este caso, el Supercars tendría que modificar de forma radical sus reglas y adaptar su propuesta Gen3 a estos modelos o correr el riesgo de desaparecer porque muy poco sentido tendría organizar un campeonato donde solamente compita el Ford Mustang. Sin duda la pérdida de Holden en el campeonato, a más tardar el 2021, significará el fin de una era, el símbolo australiano era el antagonista de Ford desde que se inició el Campeonato Australiano de Turismos en 1960, categoría que es el antecedente más remoto del actual Supercars.
El Holden HT Monaro GTS350 fue el primer coche fabricado en Australia en imponerse en una carrera y prácticamente la confrontación con el Ford Cortina GT originó la legión de fanáticos que todavía se mantiene fiel a la tradición. Holden ha ganado 21 campeonatos, el último de ellos en 2017, así que con esta deserción quedará Ford con sus 26 títulos en primer lugar por mucho tiempo.
Vía | Speedcafe