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Control Stop. Borrón y cuenta nueva, 2017 ya es historia

Tocó decir adiós a una larga temporada que nos ha mantenido entretenidos durante los últimos diez meses. La llegada de los nuevos coches y el baile de pilotos, ayudaron a que hayamos vivido uno de los años con más alternancias de la última década, llegando incluso a rozar valores de 2001, año en el que hasta ocho ganadores distintos se alzaron con al menos una victoria parcial en un calendario que contaba con más pruebas que el actual. Más allá de los cuatro triunfos de Thierry Neuville, la igualdad ha sido una de las características de este 2017 y sólo la regularidad de Ogier ha desequilibrado la balanza.

Tal vez sólo faltó la victoria de Andreas Mikkelsen. Más allá de redondear las estadísticas, el noruego merecía terminar con premio uno de los años más difíciles de su etapa como piloto del WRC. La salida de pista obviamente fue un error propio, sin embargo, el pinchazo de los dos neumáticos fue una forma cruel de terminar el año. Hyundai terminó la temporada como debió empezarla.

El coche se ha mostrado rapidísimo en prácticamente todas las superficies y ha quedado inevitablemente esa sensación de que se ha dejado escapara una ocasión única para ser campeones. En 2018 obviamente no pueden dejar escapar el título de constructores, aunque habrá que ver cómo, llegado el momento, son capaz de gestionar una posible lucha interna entre dos teóricos candidatos a ser campeones del mundo de pilotos.

No dejó buen sabor de boca el accidente de Jari-Matti Latvala. Todos sabemos que el finlandés es uno de los fineses más viscerales que han pasado por el Mundial de Rallyes, por lo que es habitual que se mueva por sensaciones. Tal y como decía Ogier, cuando Latvala tiene el día es absolutamente imparable. Sin embargo, esta condición especial también lo hace vulnerable a los golpes anímicos y a fallos graves como el cometido en la última especial del año cuando había realizado una contundente remontada. No se jugaba nada y no estaba en disposición de alcanzar a Neuville… pero no sería el mismo Latvala si no fuera capaz de lo mejor y lo peor en sólo unos kilómetros.

En cierta manera me parece digna de mención la actitud de Sébastien Ogier. Parece claro que su futuro pasa por continuar en el Mundial de Rallyes, buena muestra de ello es que no se tomó este rally como si fuera a ser su despedida. Sin embargo, sigue habiendo algo en las negociaciones que está manteniendo el francés que le está generando cierto malestar.

Cansado de que le pregunten acerca de su temporada 2018, el francés ha repetido una y otra vez que “no está jugando”, algo que deja entrever que no está en su mano actualmente el ya excesivamente dilatado momento del anuncio. Ya sea Ford o un nuevo patrocinador principal, no está empezando de la mejor forma su relación con el pentacampeón. En el caso de que sean los de Detroit, previsiblemente esto se puede alargar semana y media más, hasta que se produzca el esperado relevo al frente de Ford Performance el 1 de diciembre.

Si la frustración de Ogier durante este fin de semana ha sido una de las grandes noticias (el francés conseguía en la última Power Stage del año su primera victoria dentro de un apartado que ha dominado de forma ostensible desde su creación), el papelón que tiene Citroën es aún más preocupante para todos los que están detrás de la firma. Además de rumores de posibles conflictos con su principal mecenas, la posibilidad de recortes en el presupuesto por parte de la casa matriz, así como la negativa de Sébastien Ogier de continuar con las conversaciones, han supuesto un duro mazazo para un equipo que precisaba de una restructuración de su alineación.

Kris Meeke había dejado un hueco para la esperanza, especialmente después de actuaciones pasadas en el Rally de Australia, sin embargo, el norirlandés sería el primero en caer, de nuevo con la rotura de la suspensión trasera y de nuevo el sábado. Lefebvre sería el siguiente, también arrancando la suspensión posterior y después de una actuación que desde luego no se puede considerar de memorable, más allá de algún tiempo medianamente competitivo.

Si el francés estaba cuestionado, esta participación en el ‘Down Under’ no le puede haber ayudado. Craig Breen, Mr. Regularidad, tampoco contribuiría a la tranquilidad de la formación de Versalles. Un error poco usual en él y un abandono en la recta final de la prueba cuando podría haber incluso aspirado a terminar en el podio y que pone aún más contra las cuerdas al equipo

¿Y ahora qué? Aunque se espera que el Citroën C3 WRC mejore de cara a 2018 y que con el trabajo que se está realizando en la suspensión trasera y en los diferenciales puede solventarse ese comportamiento extraño que demuestra en determinadas situaciones, está claro que en el equipo necesitarían un equipo de efecto en forma de fichaje estrella. No es de descartar que pueda haber un golpe sobre la mesa y que, en este caso, Ogier cambie de opinión (cosas más difíciles se han visto), sin embargo, en el equipo se han ido quedando uno tras otro sin pilotos que podían haber aportado a la estructura ese extra que Meeke no es capaz de aportar.

Se centraron en fichar a Ogier pensando que el piloto de Gap no tenía otra opción a la altura de la firma de los dos chevrones. Esapekka Lappi, Ott Tänak o Andreas Mikkelsen han sido posibles fichajes de los franceses que se han dejado escapar durante los dos últimos años. ¿La solución? Difícil, sin duda la papeleta que tiene Yves Matton exigido por la necesidad de resultados, el presupuesto aún más limitado y la ausencia de líderes en potencia… cuanto menos difícil.

En lo que respecta al resto, Lappi tendrá opciones de hacer un buen reseteo durante este invierno. El debut del joven finés fue arrollador. Parecía el nacimiento de una nueva estrella, pero con los rallyes le han surgido las dudas propias del primer año. La llegada de un más ‘rodado’ Ott Tänak puede afectarle a su confianza, aunque siempre ha mostrado se un piloto de carácter.

Situación similar la de Hayden Paddon. El neozelandés logró un valioso podio en Australia, sin embargo, se sigue sin ver esa mordiente que se le vio el año pasado con el Hyundai i20 WRC NG. El propio piloto reconoció que le costó entrar en calor cerrando la que sin duda ha sido una de las campañas más negativas de la carrera de Paddon. Como siempre se suele decir en estos casos… no se le ha olvidado correr de la noche a la mañana.

Hasta aquí, la temporada 2017 del Mundial de Rallyes, gracias por confiar en nosotros para estar informados y os emplazamos a que nos sigáis también en esta corta pretemporada hasta el próximo Rallye de Monte-Carlo 2018.

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Iván Fernández

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