Después de perder puntos una y otra vez frente a Sébastien Ogier tras su victoria en el Rally de Portugal, la versión más reciente de Elfyn Evans nos ha permitido soñar con una batalla repleta de tensión hasta el último kilómetro del próximo Rallye de Monza. El galés se volvió a encender en el bucle matinal del viernes en Cataluña, sin embargo, su susto de la tarde dejó ver su debilidad, el ritmo en condiciones en las que el asfalto no estaba del todo limpio, lugar en el que más sufría Elfyn con el Toyota Yaris WRC, mientras que Thierry Neuville se encontraba prácticamente como en casa, algo que ya pudimos ver en Ypres.
Es en ese punto donde se empezó a forjar la victoria del piloto belga y la necesidad de explorar nuevos reglajes en el caso de Evans que le ayudaran a ganar esa confianza de cara especialmente a las segundas pasadas. El británico dice que en parte lo encontró, pero también en parte había afectado al equilibrio del Toyota, por lo que la ganancia quedó neutralizada. En ningún caso se pudo poner tacha a lo realizado por Thierry durante el fin de semana, estuvo excelso, es más sigue siendo uno de los pocos pilotos de Hyundai que ha sabido entender al i20 Coupé WRC en esta superficie y prácticamente en todas las condiciones.
Siete scratchs consecutivos y las palabras de su compañero “Thierry es muy rápido cuando las condiciones están así”, dejaron completamente sentenciada la lucha por el triunfo. Fue en ese momento cuando los que luchaban por la tercera plaza entraron en acción. Dani Sordo ya mandó un par de mensajes llegados al mediodía del sábado, los cuales obtuvieron respuesta inmediata en forma de dos scratchs consecutivos que dejaban entrever que Sébastien Ogier no estaba asumiendo todos los riesgos que acostumbra.
El heptacampeón no está exento de problemas ni de errores. Una calada de motor en la siempre ‘aparentemente inofensiva’ superespecial de Salou, terminó con Ogier dilapidando todo el trabajo realizado durante los tramos anteriores. El francés volvió a terminar con el ceño fruncido, todo ello a pesar de que su ventaja de 17 puntos sigue siendo suficiente como para afrontar la última fecha del Mundial desde una perspectiva más cauta, guardando las espaldas de Evans es más que suficiente como para no tener que preocuparse tampoco de la Power Stage. Aun así, Elfyn dará guerra, no sólo porque ha sido capaz de ganar en Finlandia y de romper su techo de cristal en Catalunya que hasta ahora había sido la tercera plaza de 2018, sino porque tiene la espinita clavada precisamente desde la edición de 2020 de Rallye de Monza.
El Dragon Khan de Hyundai Motorsport:
El equipo con sede en Alzenau ha empezado a asemejarse a lo que en el fútbol represente precisamente el Atlético de Madrid. Da la sensación de que este año Hyundai no es capaz de ganar sin sufrir, y que cuando lo hace incluso tiene motivos para no estar plenamente contento. Hubo grandes motivos para el júbilo demostrado por Andrea Adamo, el cual no sabe mantener mucho tiempo su cara de póker. La victoria de Neuville, la absoluta exhibición de Sordo que incluso se encontró en última instancia con la ayuda de la lluvia para redondear su resultado… Todos los astros estaban alineados.
Sin embargo, los problemas de última hora con el motor de su i20 terminaron por torcer el gesto de Thierry. Sí, celebró su segundo triunfo de la temporada, especialmente después de fundirse en un abrazo con su padre, el cual le esperaba en meta para compartir juntos la alegría, pero en su cabeza seguía rondando el estrés sufrido durante esas últimas horas del domingo que revivieron otros golpes anímicos esta misma temporada, comenzando por su abandono en Kenia o el cataclismo de Portugal.
No será por falta de preparación, Neuville ha competido este año más que nadie, estando presente en Otepää talveralli para preparar el Arctic, en Il Ciocco y San Remo para hacer lo propio de cara a Croacia y en la Targa Florio y en el Ral.li de la Llana para seguir dando pasos delante de cara a las citas de asfalto.
Peor aún le fue a Ott Tänak, que se quedó ya en el primer día, con dos errores a alta velocidad impropios de un piloto de su talento y experiencia. Ambos por entrar demasiado rápido en dos curvas de derecha, el segundo de ellos, sin opción para rectificar debido a la cercanía de los árboles. El no poder reengancharse por los daños en el chasis fueron el golpe de gracia para ellos, ya que además de no poder recuperar la confianza perdida, tampoco puedes seguir trabajando en encontrar un set-up para la cita Italia.
El estonio sigue sin levantar cabeza desde Laponia y lo peor es que esto no debe afectar en el ambiente de un equipo que se encuentra en pleno desarrollo del futuro Rally1… al igual que las críticas que está lanzando Neuville últimamente hacia los próximos coches protagonistas del WRC. Al menos la confirmación de Pablo Marcos como Team Manager parece haber sido todo un acierto, aunque no sabemos si le queda mejor a él el papel del ‘Cholo’ Simeone o al propio Adamo.
Superado este repaso a las primeras posiciones y aunque Kalle Rovanperä realizó un discreto papel con esa quinta plaza a pesar de los dos fallos que le pudieron costar el abandono, es el momento de poner el foco en Takamoto Katsuta y en su bajón de rendimiento. Habitualmente cuando un piloto joven consigue quitarse la presión de lograr su primer triunfo, se suele decir que se ha ‘descorchado’ positivamente y que, a partir de ahí, los resultados fluyen. En el caso del nipón, el alcanzar su primer podio parece haberle traído más presión para mantener el nivel demostrado en Portugal y Kenia, llevándole a cometer errores de bulto como el visto en la primera especial de este Rallye de Catalunya. Monza fue su primer gran rally el año pasado, por lo que le ayudará regresar al lugar de los hechos.
Para M-Sport fue otro fin de semana con notas positivas en medio de las sombras. Los dos pilotos llegaron sin test previos de nuevo, por lo que en su caso ni siquiera habían visto de cerca qué forma tenían los compuestos duros que estrenaba Pirelli aquí. Greensmith salvó su pinchazo con una gran remontada para despedirse de Patterson con la sexta plaza, mientras que Adrien Fourmaux tuvo un proceso invertido, realizó buenos tiempos el sábado antes de su toque con el guardarraíl por ceñirse demasiado. El francés sacó sus nervios de cirujano y consiguió afrontar la tensión de cambiar las gomas en tiempo en récord en un lugar tan comprometido.
Aun así, si hay que encontrar la revelación del rally, obviamente todos los dedos apuntaban hacia Nil Solans. El catalán ha estado en una nube durante todo el fin de semana. Su sonrisa, sus expresiones de júbilo, sus apretones de mano con Marc Martí e incluso las declaraciones ‘picantes’ permitieron compartir con todos los que lo estaban viendo pilotar por primera vez un World Rally Car, ese momento tan excepcional que estaba viviendo. Octavo, sin arañar el coche y cerca de un Oliver Solberg que vivió este rally con mucha más presión, en parte auto-impuesta.