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Control Stop. A Hyundai le salió bien hasta el debut de Oliver Solberg

Si Monte-Carlo fue prácticamente una pesadilla para el equipo Hyundai, en Finlandia, con el debut del Arctic Rally, la situación dio un giro de 180 grados y el viento, gélido, sopló a favor de la nave surcoreana. Ott Tänak se puso el traje de faena desde el primer tramo y dando muestras una vez más de que son los rallyes con altas velocidades promedio los que mejor se adaptan a su estilo de conducción, se lanzó desde el primer kilómetro para aprovechar su retrasada posición de salida y así llegar al sábado con un margen que le permitiera ajustar su ritmo a sus necesidades en cada momento.

Volvió a atacar por la mañana y, a pesar del susto en el TC4, el estonio se mostró inconmensurable, mientras que Kalle Rovanperä le seguía metiendo a presión al Campeón del Mundo de Rallyes de 2019. Adamo reconoció errores en la primera cita del año, aunque tuvo que maquillar sus palabras iniciales, algo que en el caso de Tänak realizó enmendando su fallo en los tramos, con una victoria que sumado al abandono de Ogier, lo vuelve a hacer subir escalones. El podio de Neuville (único piloto que no se ha bajado del cajón tras dos pruebas) y el espectacular rendimiento de Craig Breen, el cual cumple cada vez que le necesitan, dieron lustre a una cita muy positiva para los de Alzenau.

A Toyota GAZOO Racing en esta ocasión le tocó vivir el fin de semana no tan bueno, con la satisfacción de que retienen la primera plaza en constructores y que Rovanperä se ha convertido en el piloto más joven de la historia del WRC que alcanza el liderato. Sin embargo, sí que se pudo ver de nuevo a un Sébastien Ogier muy negativo a la hora de encarar un rally en el que le perjudicaba mucho abrir pista durante el viernes a pesar de ser únicamente dos especiales.

El francés cometió uno de los errores contados que tiene cada temporada, mostrándose no muy afectado por el abandono del sábado ya que su mejor resultado parecía que iba a ser únicamente ese sexto puesto y lo que arañase finalmente en la Power Stage. Tampoco fue el fin de semana más afinado para Evans, el cual claudicó en el bucle vespertino de la segunda etapa y que ni tan siquiera tuvo la velocidad para poder acercarse a Breen.

Los experimentos en Finlandia siempre salen bien:

Se hace difícil sin duda adaptarse a esta nueva era del Mundial y sus pruebas al sprint, sin embargo, la organización del Arctic Rally ha conseguido adaptar su prueba nacional en tiempo récord a los estándares del WRC, demostrando que, en muchas ocasiones, las deserciones que han realizado algunos responsables rallyes cancelados han sido más fruto de fallos o desinterés a la hora de proponer una alternativa que a la propia capacidad que puede tener un destino tan remoto como este de Rovaniemi.

Sí, sin duda pasará a la historia también como una de las citas más fugaces por su tiempo de competición, con el ganador, Ott Tänak, invirtiendo 123 minutos y 49,6 segundos, muy cerca de los 119 minutos y 53,6 segundos que también le dieron como ganador en el Rally de Estonia de 2020. Ambas pruebas, únicamente se han visto superadas por los 71 minutos y 43,1 segundos de Elfyn Evans en aquel recortado Rally de Suecia del año pasado, unas cifras que revelan esta nueva realidad marcada por la pandemia y en el caso de los escandinavos, por una nueva temporada invernal con poca nieve y temperaturas demasiado suaves.

Al menos los competidores quedaron muy satisfechos con el tipo de prueba que les habían propuesto en Finlandia, por lo que no sería de descartar que en 2022 se pueda repetir con un kilometraje más propio de una prueba mundialista. Lamentablemente la fiesta no fue completada, y además de tener que desarrollarse sin público, la noticia del fallecimiento de Hannu Mikkola tiñó de luto el desarrollo del rally.

El duelo del Siglo XXI ya está servido:

“Estoy aprendiendo”. Esa fue la frase más repetida por Oliver Solberg durante las tres jornadas, y lo cierto es que eso podía parecer cuando lo veíamos hacer dos trompos por ir demasiado desbocado o el recto en la primera especial. El sueco (aunque defenderá a Noruega en la próxima edición de la Carrera de Campeones en enero), reconocía que no tenía la situación todo lo controlada como parecía y que sus deseos de encontrar su límite le estaban llevando a ir prácticamente de banco de nieve en banco de nieve.

Lo cierto, lejos de esa efervescencia juvenil que ya le vimos el año pasado en el Campeonato de Europa de Rallyes, los resultados fueron más que convincentes para el hijo del Campeón del WRC en 2003 y bicampeón del World RX. En seis tramos de los 10 terminó con un crono entre los cinco mejores, algo que habla mucho y muy bien de su rendimiento si tenemos en cuenta que hasta la salida de Sébastien Ogier no había tenido prácticamente bajas entre los principales espadas de los equipos oficiales. Venir en los tiempos del heptacampeón en la Power Stage no está reservado para muchos y refleja que Solberg ya ha roto esa primera barrera que tanto le está costando a los Takamoto Katsuta, Pontus Tidemand, Ole-Christian Veiby o Pierre-Louis Loubet.

Precipitar su paso adelante sería seguramente contraproducente, pero con este fin de semana, Oliver ya ha demostrado que no le asusta dar el siguiente paso a pesar de llevar únicamente una campaña completa al volante de un R5/Rally2. Seguramente, además de su padre, Andrea Adamo era otro de los que lucía una gran sonrisa después de su resultado. Si Toyota tiene a su Kalle, Hyundai tiene su Oliver, en parte recordándonos aquel duelo de jóvenes promesas futboleras que se daba en el manga japonés entre Mark Lenders y Oliver Atom. El duelo sin duda puede volver a atraer la atención de los aficionados y convertirse en un aliciente extra con la llegada de la nueva reglamentación.

Los Volkswagen siguen siendo reyes en el hielo:

En cuanto al resto de categorías, Esapekka Lappi se convirtió en la antítesis de un Andreas Mikkelsen que parecía haber puesto la directa desde su participación el año pasado en el Rallye de Hungría. El noruego no pudo hacer más que rendirse ante la evidencia de que el finlandés estaba un paso por delante y no sólo él, sino también el Volkswagen Polo GTI R5, que consiguió dos podios en WRC2 con Lappi y Gryazin y el segundo puesto en WRC3 con Egon Kaur.

Aunque los finlandeses dominaron ambas categorías, el fin de semana pudo haber sido incluso mejor de no ser por el accidente de Emil Lindholm y el problema técnico en el Hyundai i20 R5. Peor les fue a los sudamericanos que se embarcaron en la aventura, especialmente a un Marquito Bulacia que no pudo ni competir por problemas con el visado y la 13ª posición lograda por Fau Zaldívar y Carlos del Barrio tras tener una salida similar a la de Ogier.

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Iván Fernández

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