El Rally de Portugal más duro en años. Tenemos asociada a la prueba lusa con barro, lluvia, frio (el duelo entre Mäkinen y Sainz en 2001 es el perfecto ejemplo) y a las palabras de Marcus Grönholm diciendo que hacía sido una de las mayores pesadillas en competición que había vivido. Sin embargo, la edición de este año nos mostraba toda su inclemencia en seco, con unos tramos que habían sido reacondicionados y que según los pilotos habían perdido parte de su carácter. Perdía parte de su personalidad para adoptar la de una prueba muy exigente, con continuos cambios de agarre y que puede sin duda discutirle a México el título de cita más dura del WRC moderno.
En ella vimos algo a lo que no estamos acostumbrados. Sébastien Ogier cometió su primer error grave en un año en el que hasta ahora había sido prácticamente perfecto, con tres victorias en cinco rallyes y las dificultades para ser competitivo en Suecia debido a su posición de salida. La pareja francesa se quedaba fuera de carrera nada más iniciar el bucle de la tarde del viernes, dejándole a Thierry Neuville toda la presión y la obligación de aprovechar el abandono tanto de Ogier como de Tänak. La situación llegó a recordar incluso a Finlandia 2017, cuando tras el accidente del piloto de M-Sport, Thierry y Nicolas Gilsoul fueron incapaces de sacar una gran renta que le hubiera supuesto un buen empujón a unas opciones de título que se esfumaron sólo unas semanas después, en Alemania.
Aquí Neuville llegó a estar situado en sexta plaza, siendo el último de los i20 WRC Coupé clasificados, pero los abandonos de dos de sus compañeros y la debacle de los Citroën le permitió encaramarse al frente de la general. No habría errores en los dos días de competición que quedaban e incluso se daba el gustazo de llevarse el segundo mejor tiempo en la Power Stage y así aumentar la renta al frente de la general. Cerdeña volverá a ver un duelo entre los dos primeros con la necesidad para Thierry de mostrar mejor ritmo abriendo pista que en México.
La lucha sin duda se ha puesto muy interesante por el Mundial, pero ayer, al terminar la celebración que prometió alargarse en Hyundai por la presencia de muchos portugueses dentro de la estructura (ingeniero, responsable de prensa, mecánicos…) debería pensar una vez más que el error que Ogier comete cada año ha llegado y que no acostumbra a tener dos. Alemania 2014, España 2015, Finlandia 2016 y 2017, son el perfecto ejemplo de ello.
En cuanto a las penalizaciones, tanto Esapekka Lappi como Dani Sordo fueron los grandes damnificados del caso ‘Ogier’ en México. La sanción de 10 segundos es la mínima que contempla el reglamento (incluso la que está estipulada en el Boletín 1 de la normativa habla de medio minuto), pero aun así parece excesiva cuando estamos hablando de un rally en el que, tras más de 300 kilómetros cronometrados, los cinco primeros pilotos han terminado en un minuto.
No parece ni lógico, ni justo, que ambos pilotos hayan sido castigados por desplazar o tirar los elementos cuando no mejoraron el tiempo de su otra pasada en dicha sección y además habían realizado el giro completo tal y como se detallaba en el libro de ruta. Al igual que ya se hizo con la Power Stage y las estrategias, estaría bien que pilotos, FIA y promotor se sienten para encontrar una sanción más justa para este tipo de situaciones.
En la lucha por las cinco primeras posiciones, destacar los rallyes de menos a más de los dos jóvenes finlandeses, Teemu Suninen y Esapekka Lappi, logrando el de M-Sport el primer podio de su carrera deportiva a pesar de que no está disponiendo de todos los test que debería. En cuanto a Dani Sordo, llegó a estar en disposición de lucha por la victoria hasta la fatídica monta de neumáticos del viernes por la tarde. Él decidió sobrevivir, mientras que Meeke, en una situación similar arriesgo en el último tramo antes de las superespeciales, algo que le llevó a la anécdota ya comentada el sábado y a una imagen que a buen seguro no le ha gustado nada a la FIA. Sordo ahora tendrá una larga espera hasta agosto, aunque tras su demostración en tierra esta temporada bien podría haber optado a un asiento en Cerdeña, cita en la que el de Puente San Miguel ya demostró ser competitivo. Allí, a principios de junio faltará el cuarto clasificado de la general con 60 puntos, seis más que Andreas Mikkelsen.
Merecedor de una mención aparte, Elfyn Evans, lidiando con la presión que suponía tener fuera de carrera a Ogier y a Suninen en posiciones muy retrasadas hasta la avalancha de abandonos. El galés mantuvo la presión frente a Sordo en los tramos del sábado por la tarde y finalmente obtuvo una gran recompensa. Sin duda, su mejor actuación en lo que llevamos de temporada.
Dolieron y mucho los abandonos de Jari-Matti Latvala, Hayden Paddon y el propio Kris Meeke. En el caso del finlandés y del norirlandés, llueve sobre mojado, e incluso el de Citroën utilizaba el comunicado posterior al accidente a través de sus redes sociales para pedir a Dios que cese esa racha negativa que le acompaña. En cuanto a Latvala, no lo dice abiertamente, e incluso mantiene ese semblante de solidez ante las cámaras, pero obviamente la situación anímica de Jari-Matti está empezando a desmoronarse, con tres abandonos consecutivos que le están hundiendo no sólo en la general.
Paddon regresaba tras tres meses de parón y dejaba posiblemente una versión muy parecida a la de 2016, sin embargo, de nuevo un accidente fuerte puede volver a cortar de raíz su confianza. Esperemos que para Italia esté completamente recuperado, no sólo en lo que respecta al físico.
Puede parecer extraño decirlo ahora, pero podemos seguir adelante después de este evento con pensamientos positivos. He sido como un disco rayado diciendo esto, lo sé, pero realmente me estaba divirtiendo conduciendo el coche aquí en Portugal. El sentimiento era excelente. Así que mientras nos quitamos el dolor de aquí y allí (espalda y alrededor del cuello), también tengo un sentimiento positivo acerca de cómo el C3 WRC está en tierra. Dicho esto, si hay un Dios de los cielos, va a tener que empezar a hacer algo por nosotros pronto, porque los últimos tres o cuatro rallyes se han ido en contra nuestra, por una razón u otra.
En el resto de categorías, hubo tres nombres destacados que parecían estar llamados a sobrevivir a todas y cada una de las trampas que se encontraron por el camino. Pep Bassas Jr., Pontus Tidemand y Dennis Radström salieron vencedores de un fin de semana que se convirtió en una autentica carnicería, todos ellos además lo hicieron de forma muy solvente. Sin duda pasan automáticamente a ser los grandes favoritos en sus respectivos apartados. Ellos fueron los que afrontaron la mayor dureza de una prueba que destruye las monturas tal y como nos reconocía el propio Alberto Sansegundo, piloto de la Peugeot Ibérica y pentacampeón de Castilla y León:
Si la #PeugeotRallyeCupIbérica continuamos no se si llegamos alguno. No os imagináis como estaban los tramos. Yo me desilusione muchísimo. El mundial no es para los amateurs, y eso no creo q sea bueno.
— Alberto Sanse Racing School (@SanseRacingTeam) May 20, 2018