Temporada 2003, cuatro pilotos llegan al Rally de Gales con opciones matemáticas de salir campeón. Recordado por el año en el que Petter Solberg se convertía en Campeón del Mundo de Rallyes, por la eclosión definitiva de Sébastien Loeb y por el desfallecimiento de Richard Burns en los días previos de su cita de casa, la misma en la que se coronó dos años antes. Esa campaña, en la que Carlos Sainz llegó a estar en una posición ventajosa para lograr su tercer título intercontinental es considerada por muchos como una de las mejores de las últimas dos décadas junto a aquella temporada 2001 y la de 1998 de infausto recuerdo.
Sí, hubo otras durante estos 20 años que nos dejaron grandes momentos para el recuerdo, como aquellos dos Rally de Gales en los que Mikko Hirvonen puso contra las cuerdas a Sébastien Loeb, 2009 y 2011, ambos terminaron negativamente para el finés de Ford, o aquel 2006 en el que el alsaciano celebró su título desde casa, después de que una lesión de hombro le obligara a perderse varias pruebas y ver el vuelco de Marcus Grönholm desde su salón. Ninguna de ellas pudo igualar aquello que vimos ese 2003. Quince años después, esa temporada que muchos recordamos con los pelos de punta está muy cerca de ser replicada con este gran Mundial del que estamos siendo testigos.
Fue en la meta final del Rallye de Alemania cuando muchos ya se empezaron a creer que Ott Tänak y Martin Järveoja podrían llegar al sprint final todavía metidos en el grupo de los de cabeza, algo quedaba oficialmente confirmado este fin de semana tras el descalabro de Thierry Neuville y de Sébastien Ogier, al que poco le duró la alegría de ver a su máximo rival tomando el camino del abandono nada más comenzar la etapa del sábado. Nada, absolutamente nada nos hacía presagiar un doblete de los Toyota, quizás en una de las pruebas en las que peor ritmo estaban mostrando después de estar obligados a dar un paso atrás en materia de evoluciones del chasis y del motor.
De nuevo hay que reconocerle el trabajo bien hecho a Tommi Mäkinen. Aunque podía parecer arriesgado el lanzarse a por el fichaje de Tänak habiendo otras opciones en el mercado como Sébastien Ogier o Andreas Mikkelsen, el finlandés se empeñó en una contratación que ansiaba hace tiempo. Ott le ha devuelto la confianza depositada en él a base de trabajo y de victorias… cuatro en diez rallyes, el doble de las que había conseguido en toda su carrera como piloto del Mundial. Desde mediados de julio el estonio está imbatido, sumando a sus tres victorias consecutivas en el WRC la conseguida en Estonia frente a Hayden Paddon y Craig Breen. Allí, en casa, comenzó una racha que lo ha situado como candidato al título Mundial, a solo 13 puntos del líder.
Y es que el Rally de Turquía cumplió con lo que había prometido. Un recorrido muy compacto, con pocos kilómetros de enlace y sin exagerar con la distancia competitiva. La dureza venía marcada por los tramos, los cuales se fueron cobrando víctimas hasta dejarnos con la curiosa situación de ver a los R5 escoltando a los World Rally Cars ya desde la sexta plaza absoluta. Nos trasladamos a otras épocas, a cuando el Acrópolis o Chipre eran los rallyes del calendario más respetados y aquellos en los que los pilotos iban sabiendo que lo importante era salir de allí con unos puntos en lugar de un abandono.
Lección aprendida por parte de Sébastien Ogier y Thierry Neuville, los cuales salían del país otomano sabedores de que dejaron pasar una oportunidad clave en el desarrollo final del campeonato, en el caso del belga porque se sabía el más rápido después de un viernes en el que los efectos de abrir pista quedaron contrarrestados de forma brillante por el de Hyundai. En cuanto al pentacampeón, dijo adiós a una ocasión perfecta para eliminar la tierra de por medio que había respecto a Thierry, incluso pudo ponerse líder de nuevo del Mundial de 2018 si no hubiera cometido uno de los errores más sonrojantes de su carrera en el WRC. Aun así, los dos pueden estar de acuerdo en que sus deslices y problemas han llevado a incluir una variable muy peligrosa a la ecuación del título, con un Tänak completamente desatado que ya ha hecho lo más difícil y que va in crescendo.
A su favor y el de Toyota GAZOO Racing el hecho de que el ‘segundo bloque’ de la estructura nipona está siendo el que más garantías está dando en lo que llevamos de Mundial a pesar de la nefasta campaña de Jari-Matti Latvala y los problemas de Esapekka Lappi con sus lentos inicios y sus errores del domingo. Con los dos finlandeses clasificados en cuarta y quinta posición de la general, queda evidenciado que las temporadas de hombres como Andreas Mikkelsen o Elfyn Evans están pasando muy desapercibidas.
En esta ocasión el noruego perdió una ocasión perfecta de lograr su primera victoria con Hyundai, la primera desde la conseguida en Australia 2016, especialmente cuando su segundo bucle del viernes tiró por tierra la ventaja obtenida por la mañana. Evans por su parte, no estuvo en tiempos, y llegado el momento, fue el sacrificado para que Ogier consiguiera otro punto más. Lappi tampoco tuvo su fin de semana, con un abandono del sábado que por fortuna para él quedó tapado por el doblete de Toyota, el primero en más de 20 años y siguiendo la senda del WEC. Pensar en la machada de ganar la supertemporada del WEC, Le Mans y dos títulos en el WRC, todo ello en apenas 16 meses, puede darles alas y habla mucho y muy bien de la inversión realizada por el fabricante asiático en competición.
Si bien este fin de semana sí hay que destacar que fue Citroën Racing la que tuvo un día para olvidar, especialmente si tenemos en cuenta que el inicio fue prometedor, con Craig Breen y Mads Ostberg situándose como principales alternativas a Mikkelsen. Los dos abandonos del noruego y el desgarrador desarrollo de la cita para el irlandés, primero el pinchazo cuando luchaba por ser líder y después el incendio que devoró por completo el C3 WRC, cerraron un rally del que será importante pasar página pronto, con el consuelo de que las sensaciones que reporta el coche son más positivas.
Tanto Teemu Sunninen como Hayden Paddon o Henning Solberg (este con un Skoda Fabia R5) compartían mismos factores. La mayoría de ellos llegaban con mucho menos kilómetros que el resto, sin embargo, todos siguieron una estrategia de “nadar y guardar la ropa” que les dio los resultados esperados. En WRC2, Jan Kopecký está en el camino correcto hacia su primer título Mundial después de volver a completar un rally de remontada. El checo está siendo el más regular, fiable y competitivo de los competidores de la categoría, por lo que al igual que Emil Bergkvist en el JWRC, todo parece indicar que tendremos un merecido vencedor al final de temporada.