Volvió a surgir la polémica acerca de las estrategias y las órdenes de equipo, y lo hizo además de la peor forma, con unas duras declaraciones por parte de Sébastien Ogier durante la rueda de prensa en la que acusó a Andrea Adamo de unas tácticas poco deportivas al pedir a Dani Sordo perjudicar directamente a Kris Meeke en la búsqueda de Thierry Neuville de la segunda posición final en el Rally de Portugal 2019.
Una carrera dominada en este caso por Ott Tänak. Hubo muchas cosas por decir durante el domingo, quizás más de las que le gustarían para el estonio. El de Toyota GAZOO Racing no pudo cerrar su triunfo durante la segunda etapa, e incluso la posición intimidante de Kris Meeke podía haberle hecho dudar, sin embargo, la seguridad mostrada ya en esa primera especial dejaban entrever que el primer ganador de tres rallyes en 2019 volvía a estar convencido de que su ritmo le daba la capacidad para estar delante. Debemos recordar que Tommi Mäkinen es uno de los jefes de equipo que ha reconocido en más de una ocasión a reconocido no mostrarse a favor de aplicar órdenes de equipo a sus pilotos.
En todo este final con sabor amargo por la polémica, también tuvimos tiempo para la genialidad y para acciones estratégicas que para muchos son más licitas. Ott Tänak reconocía que levantó el pie deliberadamente en la Power Stage para evitar salir delante en Cerdeña, sabedor de que seguramente es una de las citas que resta esta temporada en las que más penaliza ser el primero en salir a los tramos.
Fue una larga historia. El Power Stage fue largo. Al principio estábamos pensando un poco en la estrategia y pensamos que cada punto sería importante al final del año. Íbamos a estar tres por delante de Seb sin los puntos de Power Stage. Pensé que debería ser más rápido que él. El plan era reunir tantos puntos como fuera posible, pero Kris cometió su error y eso lo cambió todo. Tuve que frenar fuerte antes de la meta para asegurarme que Ogier abra pista en Cerdeña.
El idilio con las Power Stage de Sébastien Ogier es precisamente el mismo que le ha condenado a abrir pista en Cerdeña. El francés mantenía su primera plaza de la general por solo dos puntos sobre Tänak, seguramente la peor noticia del fin de semana para el francés ya que esto significa que tendrá que volver a abrir pista en Cerdeña, lo que le supone una clara desventaja en el caso de mantenerse un tiempo seco en los tramos mediterráneos. En total son 26 puntos los que ha sumado Ogier en las siete Power Stage frente a los 20 acumulados por el de Toyota y los 19 de Neuville.
Y es que esta temporada promete decidirse por detalles. Si en 2018 ya llegamos a Australia con el campeonato muy abierto, marcado especialmente por los rallyes en los que Tänak no pudo sentenciar tras las victorias en Finlandia, Alemania y Turquía, este año el margen para el error parece incluso menor. El desenlace de la Power Stage parece sin duda una cuestión poética. Cuando más cerca parecía estar que Citroën cortara su racha de triunfos, el error y abandono de Kris Meeke, daba un regalo envenado a un Ogier que no parece librarse del liderato, aunque quiera. Su cara, al conocer la noticia de mano de Molly Petit, fue todo un poema, transformando una pequeña sonrisa en una nueva preocupación.
Y es que el haber conseguido su séptimo podio del año puede ser la única buena noticia del equipo de los dos chevrones en un fin de semana en el que Lappi volvió a poner la de arena. Primero de los pilotos del segundo grupo, el finlandés necesitaba terminar una nueva prueba, aunque esto solo le reportara los puntos del quinto puesto. Llegaba al domingo con más de 25 segundos de renta sobre su compatriota, Teemu Suninen, sin posibilidades de dar caza a su compañero Ogier y repitiendo un error que en 2018 también le pasó factura con errores como los de Monte-Carlo o Finlandia.
Kris Meeke replicaba el error, en este caso hasta en dos ocasiones, sufriendo un trompo en el mismo punto en el que Lappi volcaba y calcando la actuación de Esapekka al abandonar solo una especial más tarde, cuando ya había sacrificado el doblete de Toyota, pero con el agravante de que se estaba en la última especial del rally y que los puntos del de Toyota eran clave para recortar mucha diferencia en el apartado de constructores frente a Hyundai, con solo un coche entre los cinco primeros desde que la bomba de combustible dejara KO tanto a Loeb como a Sordo el viernes.
El rally se quedó muy pronto sin los dos, seguramente hubieran estado para animar la lucha por el podio, ya que especialmente en el caso del cántabro se mostró en tiempos desde el inicio, muy cómodo con el coche y rápido. Los gritos, las maldiciones y la mala leche mostrada tras el fallo mecánico demuestran que el españolo está aquí no solo para sumar puntos de cara al apartado de marcas y para que Hyundai consiga su primer título de campeones, sino que también quiere seguir sumando victorias y sabe que en tierra está en disposición de ello. En cambio, a Sébastien no le dio tiempo ni tan siquiera a hacer cronos interesantes. A partir de ese momento, los dos a trabajar para Neuville.
La cara de Adamo era de circunstancias. Sí, conseguían la segunda posición, le recortaban dos puntos a Ogier en la clasificación de pilotos y mantenían el liderato en marcas, sin embargo, el equipo deberá seguir dando pasos adelante después de quedar demostrado que no solo Toyota GAZOO Racing tiene problemas técnicos. Aunque después de Cerdeña se producirá el parón veraniego, los equipos apenas tienen tiempo para cambiar demasiadas cosas, razón por la que estructuras como Citroën ya probaron hace algunas semanas de cara a esta cita. Esapekka Lappi deberá recomponerse, mientras que Kris Meeke deberá lamerse las heridas después de estar haciendo una actuación sobresaliente y perderlo todo en apenas dos tramos.
Con ellos en WRC2 Pro y WRC2 quizás hay situaciones tan delicadas como en la categoría absoluta. Especialmente en Volkswagen Motorsport, equipo que tuvo que salir el sábado al paso de las informaciones para asegurar que ya estaban trabajando en resolver los hasta cinco conatos de incendio o calcinaciones que han sufrido en las 30 unidades hasta ahora registradas ya en competición. En Citroën las cosas tampoco salieron bien, ya no solo porque no pudieran evitar el doblete de Skoda en el estreno del Fabia R5 Evo, sino que los cinco pinchazos entre Shakedown y primer bucle revelan que hay algo que no funciona en el C3 R5, sospechando Ostberg que pueden ser las llantas.
Más allá, carrera de desgaste en WRC2, con los abandonos de hombres importantes como Takamoto Katstuta o la baja de Ole-Christian Veiby, Pierre-Louis Loubet finalmente consiguió cerrar una participación sin problemas, certificar en parte esa evolución como piloto que se ha podido ver del francés durante el último año. En el apartado portugués, Armindo Araujo y RMC se anotaron la victoria con el Hyundai i20 R5 ya mediado el sábado, mientras que en la 208 Ibérica Cup fue Daniel Berdomás el que brilló y empieza a afianzar su posición de favorito en la monomarca del león.