«El Power Stage resume nuestro fin de semana, hemos estado siempre un par de décimas atrás«. Esas palabras de Sébastien Ogier son el perfecto reflejo de lo que se ha vivido este fin de semana en Gales, Ott Tänak constantemente unas décimas por delante de sus dos rivales por el título en lo que ha sido una de las ediciones más apretadas que se recuerden de la cita británica. El arrojo del estonio en la última especial con el objetivo de conseguir esos cinco puntos extra dejaban a las claras el nivel de compenetración al que ha llegado con el Toyota Yaris WRC siempre que este no presenta algún problema.
El propio Pierre Budar dejaba claro que la consecución o no del Campeonato del Mundo de pilotos, su único objetivo junto a Sébastien, empezaba a estar en otras manos: «La situación en el campeonato es claramente complicada y necesitaremos un poco de ayuda del destino para que gire en la dirección correcta«. Sin duda se puede hacer extensible a Thierry Neuville. Tanto el belga como el galo necesitan errores de Tänak o fallas de fiabilidad del Toyota. Esto último ya se ha demostrado durante todo el año, e incluso este fin de semana, de que no es nada descabellado.
Si el año pasado el cubrecárter le arrebató la victoria en Gales, en esta ocasión fue el paragolpes trasero y las luces las que llevaron la preocupación a los estonios. Solventaron ambas y afrontan el Rally de Catalunya con una ventaja de 28 puntos sobre Sébastien Ogier y Julien Ingrassia y de 41 puntos con Thierry Neuville. Las cuentas de la lechera son claras: ninguno de los dos puede igualar las 6 victorias de Tänak, por lo que, si Ott saca dos puntos más a Seb en la cita española y Neuville no le recorta al menos 12 puntos, Toyota volverá a tener un Campeón del Mundo 25 años después del último título logrado con Didier Auriol.
Aunque Mikkelsen estuvo competitivo durante el fin de semana, esa posición cedida con un excelso Elfyn Evans terminó por hacer fruncir el ceño a Andrea Adamo. Solo hay ocho puntos de diferencia sobre Toyota, por lo que la amenaza de un año en blanco para Hyundai Motorsport puede ser una losa demasiado grande con todos los esfuerzos puestos por la formación, tanto en recursos humanos como económicos. Sea como fuere, se plantean dos pruebas con finales repletos de drama.
La bonita disputa que anunciaba la lista de inscritos en WRC2 Pro se quedaba muy pronto en agua de borrajas. Solo los dos Skoda oficiales completaban el fin de semana sin abandonos, aunque en el caso de Jan Kopecký hubo vuelco incluido. Hayden Paddon apenas pudo lograr dos scratchs entre los R5 en todo el rally y ahora deberá pensar en los test con el WRC de cara a Australia. Gus Greensmith realizó un gran inicio, discutiéndole el protagonismo a Kalle Rovanperä, pero teniendo un error que le dejaba sin opciones, mientras que Ostberg volvió a experimentar problemas técnicos en el Citroën C3 R5.
Más allá del título Mundial de un Rovanperä que ya mira al futuro, lo más emotivo nos lo encontrábamos en WRC2, con victoria incluida para papá Solberg que demostró estar de nuevo al 100% en cuanto a condiciones físicas después de haber superado su enfermedad. Petter recordó incluso la celebración realizada en 2003, mientras que su hijo le dedicaba unas orgullosas palabras después de que su debut no fuera para recordar más allá de sus scratchs al inicio del sábado… hasta que la mecánica le dijo basta.
Pierre-Louis Loubet se llevaba la segunda plaza tras el veterano piloto noruego, algo que le permite colocarse líder del campeonato a falta de dos pruebas tras un rally en el que sus rivales no han estado demasiado afortunados, comenzando por Benito Guerra y Kajetan Kajetanowicz. Nikolay Gryazin terminaba por delante del francés, hijo de Yves Loubet, sin embargo, el piloto ruso no se había inscrito para la cita en WRC2, algo que le repercute negativamente a sus opciones. Con dos segundos y dos cuartos puestos, Marquito Bulacia también está en disposición de lograr el título, aunque solo se espera al boliviano en España.
La organización no dio abasto durante todo el fin de semana. Además de los problemas de seguridad con los aficionados, lo cual llevó incluso a la neutralización de uno de los tramos del sábado porque los espectadores hacían caso omiso de las instrucciones de los Marshalls, tuvo que actuar tras el accidente de Jari-Matti Latvala para dar por finalizada otras de las especiales ante la necesidad de apagar el conato de incendio y desencajonar el Yaris WRC. Por si fuera poco, el domingo se produjo la cancelación de Great Orme al no poder garantizar la seguridad de los competidores porque los submarinistas no podrían hacer un rescate con el mar tan picado.
¿Algo más? Sí, la policía del Norte de Gales publicó un tweet en sus redes sociales advirtiendo a los competidores que estaban recibiendo numerosas quejas sobre la forma de conducir de algunos de ellos. No es la primera vez que sucede y obviamente con una campaña sobre Seguridad Vial tan activa por parte de la FIA, sigue resultando extraño que no haya ninguna medida contra los que ponen en peligro al resto de usuarios de las vías públicas. Le pese a quién le pese…