Ganar a la épica. Seguramente Kalle Rovanperä y Jonne Halttunen tenían un plan de fin de semana mucho más tranquilo, especialmente cuando cayó sobre Thierry Neuville esa segunda penalización por ‘excederse’ con el pie derecho en los enlaces, sin embargo, el Rally de Croacia estaba dispuesto a hacer incluso más lucida la cuarta victoria de la pareja finlandesa en apenas 22 pruebas disputadas dentro de la categoría absoluta. Su cuarta sinfonía, y tal y como reconoció él, la más especial.
Y lo hizo a lo grande, planteándole retos tan complicados como lo era un pinchazo en pleno aguacero el sábado y una segunda situación de desventaja en la que el compuesto duro evidentemente no se comportaba igual de bien que el blando que llevaba Ott Tänak calzando su Hyundai i20 N Rally1 cruzado con las gomas de mojado. En total, se le esfumó casi minuto y medio de la ventaja que había construido sobre el Campeón del Mundo de Rallyes de 2019, el cual ya ha mostrado en el pasado que es una de las referencias en este tipo de asfalto sucio y condiciones complejas como las que acompañan tradicionalmente el Rally de Alemania.
Si alguien quiere desmerecer la actuación de Kalle Rovanperä lo tendrá difícil, ya que supo establecer una velocidad difícilmente igualable en la jornada del viernes, con la lluvia como compañera y sabiendo cómo no comprometer los neumáticos de lluvia en los numerosos cortes de la carretera, evitando así la plaga de pinchazos que por ejemplo sufrieron Loubet, Greensmith en las especiales Mali Lipovec – Grdanjci y Stojdraga – Gornja Vas. Neuville aguantó el tipo hasta que el alternador del Hyundai falló, mientras que Craig Breen y el propio Tänak sí que fueron cediendo un terreno que sólo se acortó cuando aparecieron esos nuevos retos a los que se tuvo que enfrentar Kalle en el TC15, la primera pasada por Platak, y en el TC19.
Y en ambas situaciones Kalle demostró haber llegado a una madurez deportiva envidiable, especialmente si tenemos en cuenta que apenas lleva temporada y media en el WRC y que la campaña de su debut estuvo muy marcada por la pandemia. La curva de desarrollo mostrada en 2021 con esos dos triunfos en Acrópolis y Estonia ya dejaban entrever que la adaptación estaba más que avanzada, pero ha sido ya en 2022, sin Sébastien Ogier liderando el equipo Toyota GAZOO Racing, cuando Rovanperä ha dado un paso adelante y ha reclamado ese papel de jefe de filas al que Elfyn Evans por ahora ha renunciado debido a sus resultados.
Voló el sábado por la tarde con los tramos secándose y redondeó de forma épica su actuación al vencer en la Power Stage precisamente en el momento en el que se esperaba que de nuevo Tänak pudiera sacar provecho del compuesto blando para, al igual que en la primera pasada por dicho tramo, meterle algunos segundos a Kalle y ampliar esa exigua renta de 1,4 segundos con la que había llegado precisamente a este punto. Resto méritos el estonio a su participación, dejando entrever que el segundo puesto no había sido logrado por potencial puro.
Precisamente había mucho interés por ver cómo rendía el i20 N Rally1 después de los dos meses de parón, reconociendo Julien Moncet que habían llegado a los primeros rallyes con un programa demasiado apretado. Los fríos datos nos indican las dificultades que tuvo Hyundai para cerrar esos scratchs, consiguiendo apenas cinco victorias parciales de las 19 posibles (una en Monte-Carlo, seis en Suecia) y lejos de esa imagen dominadora que ha mantenido Toyota en las tres fechas disputadas hasta el momento esta temporada. Sin ir más lejos, Kalle ha rentabilizado esa velocidad especialmente en las Power Stage, donde tiene una hoja casi perfecta de 14 puntos de 15 posibles.
How did @thierryneuville even hold onto 3rd after this major off on the Wolf Power Stage 🤯#CroatiaRally | #WRC | #WRCLive pic.twitter.com/4CdiBRttAh
— WRC – FIA World Rally Championship (@OfficialWRC) April 25, 2022
La recuperación de Hyundai se explica más en la debacle de los pilotos de M-Sport Ford y en esa resiliencia que especialmente representa Neuville. En Monte-Carlo fue capaz de terminar el rally a pesar de esos problemas de suspensión recurrentes, en Suecia arrancó un podio con un coche que no estaba en disposición de hacer nada más, mientras que en Croacia cerró ese 2-3 con Tänak después de haber sufrido un goteo de penalizaciones incesante y tras ese error en el último tramo que pudo acabar muy mal.
Y es que esa imagen del belga cruzando la meta con Martijn Wydaeghe haciéndole indicaciones con las manos por los problemas con el intercom, con un coche destartalado por los dos pinchazos y los problemas de suspensión tras el accidente… era el fiel reflejo de todo lo que le había sucedido a Thierry condensado en un simple vistazo. Por su parte, Oliver Solberg cometió el error cuando mejor se le estaba viendo en términos competitivos. Era una dura prueba de fuego teniendo en cuenta que todos esperábamos ver a Dani Sordo sobre el asfalto croata y que el sueco debe todavía tomar por la mano el coche, aunque la mejor de las noticias es ver que las medidas de seguridad y el procedimiento de los servicios de emergencia funcionaron.
Cerramos seguramente con algunas de las decepciones del fin de semana, entre ellas por parte de M-Sport, que en esta ocasión no se les vio tan acertados como en Monte-Carlo en asfalto y únicamente Craig Breen fue capaz de mantenerse en una lucha de la que Neuville le descolgó a base de velocidad. Adrien Fourmaux volvió a tener otro traspiés, uno de esos errores que se vieron en Ypres y este mismo año en Monte-Carlo y que seguramente ya no se pueda permitir. También hubo momentos para lo positivo, con un Pierre-Louis Loubet que mostró una buena evolución después de reengancharse en la carrera, con algunos cronos por debajo del medio segundo por kilómetro y cerca de las referencias de Greensmith y Breen.
No me gustaría cerrar estas líneas de opinión sin dar mi punto de vista acerca de las penalizaciones recibidas por Neuville, especialmente la concerniente al exceso de velocidad en los enlaces durante la jornada del viernes. Es inaceptable que por motivos deportivos no se respeten las normas de tráfico de cada país, algo que la FIA en este caso decidió sancionar también con un castigo que afectara a la competición, seguramente para evitar que se vuelvan a repetir estas actitudes que afectan a la imagen del deporte y que atentan potencialmente contra la seguridad vial. Esperemos que a partir de ahora sean consecuentes y constantes para así acabar con este tipo de situaciones.