Se esperaba que este fin de semana, el Rally de Catalunya comenzara a dilucidar el futuro del Mundial y lo cierto es que la racha de Hyundai se puede resumir de una forma similar a las actuaciones recientes de la Scuderia Ferrari en el Mundial de Fórmula 1. Durante estos días he repetido en más de una ocasión la frase “Cómo perder un título en tres sencillos pasos”, y es que si a los italianos les han pasado seria factura los Grandes Premios de Singapur, Malasia y Japón, a los surcoreanos les ha pasado algo similar en Finlandia, Alemania y finalmente, España.
En el 1.000 Lagos, Neuville logró alcanzar el liderato, sin embargo, sus prestaciones no le permitieron aprovechar significativamente el cero de Sébastien Ogier y Julien Ingrassia. En Alemania las cosas tampoco salieron como esperaban. La rueda izquierda trasera arrancada dejaba de nuevo la cabeza del Mundial en manos del francés y en el Rally de Catalunya, el golpe llegó en forma de una de las debacles más sonadas de Hyundai Motorsport desde su presencia en el campeonato.
El KO sufrido por los tres pilotos dejaba en bandeja a M-Sport y Sébastien Ogier la consecución de dos títulos, hasta tal punto, que incluso parece incluso prescindible la presencia de los cuatro pilotos en las últimas dos citas de la temporada. No es fácil ver el abandono de todos tus coches prácticamente de la misma forma, pero el Hyundai i20 WRC ha demostrado tener en la fiabilidad de alguno de sus elementos estructurales un área en la que mejorar de cara a 2018, bueno dos, si miramos el rendimiento sobre asfalto y lo comparamos con el sorprendente Citroën C3 WRC.
Poco más se puede decir del fin de semana de los surcoreanos. Andreas Mikkelsen brilló sobre tierra, pero en el alquitrán se le vieron las costuras. Dani Sordo estuvo en la pelea, más decidido que nunca a ganar una prueba que se le sigue resistiendo un año más. Su ritmo el domingo dejó entrever que el cántabro tenía un punto más para terminar de alcanzar la diferencia que mantenía con él Kris Meeke, sin embargo, el KO en casa lo deja en una situación anímica complicada. Es necesario que se recupere para afrontar la que puede ser su última prueba del año, en un terreno, como el de Gales, en el que tampoco se perdonan errores.
En cuanto a Neuville, las opciones de título son remotas con 38 puntos de desventaja respecto a Ogier, incluso deberá enfrentarse a Ott Tänak para poder anotarse un nuevo subcampeonato. La buena cara que históricamente ha mostrado Thierry Neuville en esta segunda mitad de temporada le ha terminado por dejar fuera en el que parecía ser su mejor opción para coronarse Campeón del Mundo. Un año 2017 en el que han sido los propios errores del belga los que han terminado por costarle definitivamente el título. Una vez más, ha sido esa regularidad de Sébastien Ogier la que ha terminado por dejarle en la recta final del calendario en el camino exacto para alcanzar el pentacampeonato y convertirse en el segundo piloto más exitoso en la historia del WRC.
En la cita española el de Gap hizo lo que tenía que hacer, esperar acontecimientos y mantenerse siempre muy cerca de Neuville. Seguirán luciendo en su palmarés las dos victorias conseguidas en Monte-Carlo y Portugal, el mismo número que Kris Meeke u Ott Tänak, sin embargo, supo mantener la calma y fue consciente del que estaba apremiado por los acontecimientos y su desventaja era Thierry. Otro segundo puesto, tres puntos en la Power Stage y 20 más de renta sobre el segundo en el que se planteaba como uno de los años más difíciles de la carrera deportiva de Ogier desde que tomó el testigo de manos del anterior Sébastien.
El desempeño por parte de Ott Tänak también ha mostrado una gran evolución esta campaña. El estonio amarró un segundo puesto vital para M-Sport en la que parecía ser un propósito completamente irreal a principios de año. De lograr el título frente a tres fabricantes con apoyo de marca (algo que puede quedar sentenciado en Gales), de nuevo Malcolm Wilson demostrará que los sueños se cumplen y que todos los años de trabajo por fin han tenido recompensa. De nuevo, mucho que agradecer a la gestión del británico y su arriesgada apuesta de 2017, incluso por parte de Ford, la cual indirectamente se ve favorecida por la visibilidad de un programa en el que no están tomando parte de manera oficial.
En Toyota GAZOO Racing, la sensación fue completamente agridulce. Los que pudimos seguir el rally con ellos desde dentro, fuimos testigos de una ovación cerrada a Juho Hänninen por su cuarta plaza que refleja el cariño que se le tiene al más veterano de los tres pilotos finlandeses y lo presente que tienen desde dentro que el Toyota Yaris WRC no sería lo que es en la actualidad sin su desarrollo del año pasado. El problema tempranero de frenos de Lappi, su posterior abandono y la retirada de Jari-Matti Latvala el viernes, dejaron al equipo sin saber si hubiera podido estar en la lucha por la victoria. En el caso de Hänninen, terminar a menos de medio minuto y sus buenas actuaciones en Finlandia y Alemania pueden abrirle una puerta a la esperanza en el caso de que Tommi Mäkinen no termine de convencer a Ott Tänak.
Kris Meeke, respaldado durante este parón por el equipo Citroën Racing y tras la salida de Andreas Mikkelsen hacia Hyundai, recuperaba su mejor cara. Sin sustos (más allá de su semitrompo en las rotondas de Riudecanyes), y consolidando su liderato en los primeros tramos del domingo, el norirlandés daba algo de alegría a una firma de los dos chevrones que habrá que tener muy en cuenta de cara a 2018. Con Linda Jackson presente, falta por saber si en el hospitality de los franceses se decidió dar el visto bueno al fichaje definitivo de Sébastien Ogier.