Ha salvado mil y un momentos de tensión durante este fin de semana en Kenia. Sébastien Ogier no sólo ha demostrado durante años su calidad y velocidad como piloto del WRC, sino que hemos visto su gran capacidad de ‘supervivencia’ en competición. Es por ello que precisamente hemos reflexionado en más de una ocasión sobre el hecho de que apenas vemos un error por temporada del galo, no más, lo que se traduce en que incluso en las circunstancias más difíciles él, e Ingrassia, siempre son capaces de rascar algún punto y es prácticamente imposible verles llevarse un cero en el casillero.
Fue uno de los que pareció ver evaporarse sus opciones en el durísimo tercer tramo, Kedong, el segundo del viernes en el que abandonaron Evans y Sordo, pero supo sobrevivir con la suspensión trasera tocada y esperar de nuevo al sábado al mediodía, su parte favorita para atacar después de quitarse el lastre de abrir pista y cuando los últimos rallyes han demostrado estabilizarse. La llegada de la tormenta terminó por agitar el avispero, dejando fuera a Tänak de la lucha y poniéndole a él en disposición de sacar un buen redito de la cita africana y de lograr algo que Sébastien Loeb nunca pudo lograr en su única participación, en la que finalizó quinto tras Markko Martin.
Hyundai no encontró tampoco el rumbo en África:
Lo logró, gracias a una nueva debacle por parte de Hyundai Motorsport, la cual se empezó a gestar ya en la segunda especial del viernes con el abandono del que ha sido su seguro de vida durante los dos últimos años. Dos retiradas consecutivas para Sordo que se explicaron a través de un problema con la suspensión en su coche, a lo que siguió la hecatombe de los pinchazos a finales de la jornada del viernes que tuvieron sin duda un mejor efecto gracias al enganchón en el fesh-fesh por parte de Kalle Rovanperä.
El equipo deberá encontrar ahora cuáles son las explicaciones para el problema con la luneta térmica y posteriormente, para el problema de suspensión que terminó con el liderato de Neuville cuando quedaban menos de 50 kilómetros cronometrados para acabar la prueba. El belga se encargó de dejar muy patente con un vídeo ‘nada improvisado’ para nuestros compañeros de DirtFish, que la pieza podría presentar grietas internas, por lo que, de ser así, Hyundai deberá seguramente repasar el lote y actualizar procedimientos ya en competición.
Son tres KO’s cuando el coche demostraba ser el más rápido en Cerdeña, Portugal y Safari, en todas ellas yendo líderes y con sus respectivas ventajas confortables sobre el segundo clasificado. Obviamente la salida de Alain Penasse puede considerarse como ‘la cabeza a cortar’ con su no renovación, pero desde luego la estructura no se puede quedar con los brazos cruzados.
Takamoto Katsuta mermado físicamente logra su primer podio:
La participación de Takamoto Katsuta fue sobresaliente, más aún, sabiendo que estuvo afectado por una intoxicación alimentaria y que tuvo que lidiar con ella durante los reconocimientos. La evolución del nipón no sólo es clara ya que se ha convertido en el único piloto después de seis rallyes que no ha abandonado, sino que además de esa regularidad ha conseguido encontrar un buen equilibrio con la velocidad. El podio es fruto del esfuerzo realizado tanto por el propio piloto, como las decisiones y pasos correctos tomados en su formación por Toyota, tanto la liderada ahora por Jari-Matti Latvala, como por la confianza que siempre mostró en él Tommi Mäkinen.
Gus Greensmith tuvo sus altos y sus bajos, especialmente cuando fue testigo de que en los tramos era Adrien Fourmaux el que más ritmo tenía. A muchos seguramente que el francés les despertó un flashback del pasado cuando lo vieron competir el domingo. Recordó muchísimo a aquella acción de Colin McRae en el Safari 2002, cuando el por aquel entonces piloto de Ford también decidió salirse de la pista para avanzar más rápidamente por el pasto, mucho más plano que el camino principal. Fourmaux hizo algo parecido y, por tanto, se arriesgó a una penalización que finalmente le dejó sin la cuarta plaza.
El propio Dani Sordo lo recordaba durante la jornada del sábado. Las especiales africanas dejaban muchas dudas a la hora de atacar por parte de los pilotos, ya que no sabían dónde estaba permitido el acortar con las cuatro ruedas fuera del camino o dónde podría ser considerado como una maniobra ilegal, especialmente después de la lluvia de sanciones que ya vimos el pasado mes de enero en Monte-Carlo.
Sea como fuere, M-Sport salvó el fin de semana con sus dos jefes viendo la acción en remoto desde la sede del equipo en Cumbria y con unas condiciones que seguramente se alejaban mucho de las que tenían Hyundai y Toyota. El scratch de Fourmaux sería el punto más álgido del día, dándole un empujón más a la moral del francés que cerraba el fin de semana en progresión, mejorando aún más las dos actuaciones previas y marcando una línea ascendente en su desarrollo como piloto.
Tanto Elfyn Evans como Kalle Rovanperä rascaban puntos importantes, aunque a las alturas que estamos y después de las exhibiciones de su compañero de equipo, parece difícil que el finlandés y el galés estén en disposición de discutirle el título al francés. 34 puntos de diferencia cuando quedan como máximo seis fechas del Mundial, todo ello con un Evans que, aunque el año pasado se metió en la lucha a base de regularidad, sigue demostrando que quizás no tiene esa explosividad que el francés. Son 33 puntos de ventaja sobre el galés (con la misma montura), 56 con Neuville y 64 con Tänak, una brecha prácticamente insalvable para los pilotos de la marca coreana, los cuales se encuentran con una puntuación similar a la de Katsuta. Sobra decir que con la racha nefasta de Kalle, son ya 10 los puntos que saca el nipón al finlandés, el cual llegó a ser líder tras el Arctic Rally.
El nuevo Safari dejó satisfecho a prácticamente todos:
En cuanto al Safari, la prueba se ha ganado el respeto de los aficionados y de los propios competidores. Los locales, que ha disputado habitualmente esta cita en su versión ‘nacional’, entre ellos, el varias veces ganador Carl Tundo, reconocieron que esta edición había sido mucho más dura que las anteriores, llegando incluso a dar la sensación de que muchos de los participantes no habían sabido adaptar el ritmo al exigente terreno, especialmente el viernes.
El sábado fue una etapa valle, la cual se hubiera superado sin grandes dramas de no ser por la tormenta. Un rally en 2022 (tendrá contrato hasta 2026), con 400 kilómetros y la permisividad por parte del reglamento de hacer algunas modificaciones en los coches nos podría dar un buen compromiso entre la parte moderna y la clásica. Ya en 2019 comentamos el riesgo que se corría al volverlo a llamar Safari, ya que difícilmente se iba a realizar una prueba con las mismas condiciones competitivas que antaño, sin embargo, como prueba ‘con carácter’ ha demostrado merecerse tener un hueco en el calendario.
Cerramos con el que fue uno de los momentos más emocionantes del fin de semana. Sobiesław Zasada, a sus 91 años de edad, se quedó a un paso de completar la carrera con el Ford Fiesta Rally3. El polaco llegó a la Power Stage tercer clasificado entre los Rally3 (había cuatro inscritos, McRae Kimathi abandonó) y sólo la rotura de la suspensión trasera derecha pudo parar su hazaña de ver la meta. Aun así, es una historia para quitarse el sombrero.