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Control Stop. Trabajo y tesón para la victoria más amarga de Dani Sordo

Fue difícil encontrar palabras para narrar el gran trabajo que estaban realizando Dani Sordo y Carlos del Barrio en la isla de Cerdeña. Las noticias fatídicas que llegaban desde Portugal me llegaban desde WhatsApp, de mensajes privados de buenos amigos a través de redes sociales, el shock inicial dificultaba encontrar no solo palabras para lo sucedido, una de esas noticias que nunca queremos ni leer ni escribir, sino que también afectaba involuntariamente a la forma de contar lo que la pareja española de Hyundai Motorsport estaba realizando sobre terreno ya conquistado.

La emoción del momento, el fragor de la batalla de un domingo oscuro y gris en la costa mediterránea. Todo hacía olvidar por unos minutos lo que había sucedido ese sábado de octubre tan triste para el automovilismo español y demoledor para todos los que conocían a Laura Salvo. Ver el Hyundai i20 Coupé WRC arrancar hacia la Power Stage más importante de las vidas de Sordo y del Barrio te obligaba de nuevo a tragar saliva y contener la respiración. No era el saber si finalmente lograban o no su tercer triunfo mundialista, era el pellizco en el alma que daba ver el nombre de la joven valenciana escrito sobre el polvo del portón justo al lado de un corazón contorneado con el dedo.

No hubo muchas ganas de celebrar, no porque uno se acostumbre a lograr victorias tan sufridas, sino porque en la mente de todos allí estaba lo ocurrido en la jornada del sábado en el Rallye Vidreiro y lo que esa misma mañana había acontecido en una prueba regional en Italia, donde el también copiloto Salvatore Coniglio había perdido la vida por un accidente. Acababan de completar Sordo y Del Barrio un trabajo perfecto, aprovechando su posición de salida el viernes, estirando su ventaja el sábado ya cuando los primeros clasificados tenían condiciones de agarre similares y conteniendo finalmente los ataques de Neuville y Ogier durante el domingo.

El mejor fin de semana, la victoria más amarga: 

No se puede olvidar que además de la ventaja que le dio su posición tan retrasada de salida, Sordo también ha tenido que lidiar con ocho meses sin competir en el WRC, con la reducción de test permitidos a los pilotos para eventos europeos que se introdujo a raíz de la pandemia y con la disputa de apenas dos pruebas para retomar el ritmo competitivo, el Rallye di Roma Capitale, sobre asfalto a principios del verano y con el WRC, así como dos con el R5. Mientras tanto, sus competidores llegaban después de haber disputado en apenas mes y medio dos pruebas en Estonia y el Rally de Turquía, todas ellas sobre tierra, por lo que es entendible que sufriera en algún punto un bajón de rendimiento.

Faltó quizás una señal de satisfacción por parte de Andrea Adamo más clara hacia el trabajo de los cántabros, el cual ha cumplido al 100% con la tarea que se le encomendó, sumando 25 puntos que son clave para el apartado de constructores a pesar de que el italiano se encargara de rebajar la euforia ‘echando en cara’ con su habitual tono sarcástico que le había hecho sufrir mucho al haber desaprovechado parte de la ventaja con la que comenzaba la última etapa. Sigue quedando la duda de saber qué hubiese ocurrido si las diferencias entre Neuville y Ogier hubieran sido mayores, y si las órdenes de equipo podían haberle arrebatado esta victoria tan peleada. Quizás eso explicaba el lenguaje corporal de Dani en su celebración.

Especialmente, un buen jefe debe ser también un buen gestor de emociones, sabiendo que Sordo es uno de los pilotos con más experiencia en Monza y que contar con él (tanto a nivel de rendimiento como en la parte anímica) para disputar la última cita puede ser un comodín vital para el equipo en la lucha con Toyota por el título de constructores. Por ahora Dani no se cierra la puerta a estar en la cita italiana, mientras que ya le ha dejado un recado a Adamo para hablar de su renovación: “De momento nada nuevo. Me gustaría estar en más pruebas [de cara a 2021]”.

En primer lugar, me gustaría decir y darle algo de crédito a Dani porque es un tipo tan agradable y honesto. Casi te sientes mal porque tuvo que usar esta ventaja siendo el primero, pero la verdad es que no debería mencionarlo demasiado y sólo recuerda que has sido fuerte este fin de semana y que usaste las reglas tal como están. Todos tuvieron la oportunidad de hacerlo atrás y él fue el único, así que bien hecho, Dani, disfruta tu victoria y no intentes minimizarla – Sébastien Ogier 

Por el momento, en Hyundai no pueden estar más contentos con sus rotaciones. En ellos reside gran parte de las razones para que la estructura con sede en Alzenau hayan conseguido 208 puntos tras seis citas. Breen, Loeb y Sordo han logrado recaudar 72 puntos, por lo que el bagaje actual de estos pilotos brilla por sí mismo, e incluso podría ser mejor si un fallo ajeno al español no hubiera provocado el sobrecalentamiento en el motor durante el pasado Rally de México, en el que el piloto de Puente San Miguel se mostró rapidísimo el tiempo que estuvo en carrera. Quizás entre tanto humor italiano se echa en falta ese reconocimiento por parte de Adamo al trabajo bien hecho…

Thierry Neuville volvió a ganar a Ogier por la mínima:

En la lucha por el título, la situación se ha apretado aún más, pero sigue siendo Elfyn Evans el más regular de todos ellos y el único que no ha sumado ni un abandono y que ha logrado dos victorias. A partir de este punto, hay que decir que con la entrada de Monza, los cinco pilotos que ocupan las primeras plazas se mantienen con opciones matemáticas, siendo Neuville el que ha pasado curiosamente a ser el mejor Hyundai situado, sumando a que el belga es el único de los candidatos a ser campeón que ha competido en el pasado en ambas pruebas, tanto en Ypres como en Monza.

El duelo mantenido con Ogier hasta el último momento fue de los que crean afición y una vez más, el belga supo ganar en este tipo de cuerpo a cuerpo tan apretados, recordando inevitablemente a la edición del Rally de Cerdeña de 2018, cuando Thierry batió por únicamente siete décimas también al astro francés. Esta vez la diferencia fue de un único segundo, pero Neuville consiguió incluso sobreponerse de lo que él en principio creía que era un disco de freno roto que le condicionó los últimos 1,5 kilómetros de la última especial.

Tras perder el triunfo en 2018 por siete décimas, Ogier se despidió de la segunda plaza por un segundo de nuevo ante Neuville y en Cerdeña

El lenguaje gestual del hexacampeón al final de la Power Stage revelaba precisamente que es uno de esos momentos en los que no lo tiene todo controlado, un punto en el que el actual piloto de Toyota suele hacer las críticas más incisivas, comenzando este fin de semana por hablar del orden de salida, llegando incluso a tener un cruce dialectico con Sordo, y finalmente apuntando a que esperaba “contar con el mismo nivel de preparación que el resto de pilotos”, algo a lo que respondió cuando se le pidió explicaciones que:

Bueno, no sé, sólo que el Team Manager (de Hyundai) sea el organizador del rally, es un poco extraño. De todos modos, no quiero iniciar este debate. Vamos a prepararnos todo lo que podamos con las herramientas que tenemos a mano y veremos qué podemos hacer – Sébastien Ogier

Tänak y Rovanperä, la cruz del fin de semana: 

Si Evans consiguió sacar oro de la dificultad y además siempre ha sido un especialista en pruebas con climatología adversa, algo a tener en cuenta cuando tienes que visitar Ypres en noviembre, la situación pata Ott Tänak se torció por segundo rally consecutivo. El estonio, que en Turquía tuvo un problema con la dirección, aquí tuvo que hacer los dos primeros bucles con un fallo en la suspensión, lo que acabó con cualquier opción de subir al podio. Tampoco fue un gran rally para Kalle Rovanperä y Takamoto Katsuta, siendo el japonés el más arrepentido por sus dos errores, los cuales hacen peligrar obviamente su presencia en Bélgica.

En cuanto al resto, Suninen brillo en el arranque, con el Ford Fiesta WRC desenvolviéndose muy bien en la primera especial del rally, la más lenta, en la que las unidades de M-Sport no penalizan por la falta de velocidad, la misma que les lleva a encajar hasta un segundo por kilómetro en las especiales rápidas. En el caso de Loubet, sorprendentemente se está viendo opacado por el momento por los otros dos pilotos fuera de las estructuras oficiales, y este fin de semana apenas pudo brillar en el primer tramo de la tarde del viernes, cuando se quedó a únicamente cuatro segundos del scratch de Sordo. Llegado el momento de abrir pista, y además hacerlo con una unidad antigua, se desdibuja y le queda la tarea de llevar el coche a casa.

En el resto de categorías, las victorias fueron a parar a manos de los pilotos que mejor supieron sortear todas las trampas y que además no sufrieron además problemas técnicos críticos. Fue un fin de semana fatídico para los Citroën C3 R5, siendo Marquito Bulacia el talismán que puso algo de luz al rally de Cerdeña de los coches franceses, con esa tercera plaza en WRC3 que le permite seguir líder a pesar del expediente espectacular de Huttunen en 2020, con dos victorias y un segundo puesto.

Fabrizio Záldivar, en podio del JWRC terminó de poner ese acento latino tan propio después de la victoria de Sordo, aunque es Tom Kristensson el que ponía la contraparte junto a Pontus Tidemand para los suecos, únicamente fallando Oliver Solberg en lo que hubiera sido un pleno en categorías soporte para los escandinavos. Pequeño momento de bajón de resultados para el hijo del Campeón de 2003, después de una racha en la que parecía que todo le salía. La espinita de ver a Jan Solans no poder completar una jornada libre de sobresaltos sin duda también se va a ese cajón de las notas negativas de un fin de semana en el que lamentablemente nos será muy difícil quedarnos únicamente con lo bueno tras la visita de la tragedia…

Foto Hyundai de Sordo en homenaje a Laura Salvo | Surhayen Pernía

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Iván Fernández

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