A principios de este año, Bruce Wood, gerente de Cosworth Powertrain, manifestó que la empresa estaba dispuesta a regresar a la IndyCar como proveedor de motores si al menos tres equipos muestran interés en asociarse. Actualmente la compañía suministra los volantes y la electrónica a la categoría, pero el impacto comercial no es similar al que tuvo cuando los motores Ford Cosworth tenían presencia en la competicion. El detalle está en que la IndyCar de este tiempo se ha convertido en una categoría tan económica y competitiva que la opción de motores Cosworth no representaría una gran diferencia en comparación con Honda y Chevrolet.
Al respecto, Mark Miles, máximo representante de la IndyCar, es consciente de que la influencia de las categorías híbridas y eléctricas poco a poco llegará a la serie, la próxima temporada se utilizará el combustible E85, pero de allí a inclinarse al aumento de costos para adaptarse a las nuevas tendencias al parecer hay un largo trecho. Las grandes marcas no parecen tener interés en la IndyCar porque es más simple que la Fórmula 1 o el Campeonato Mundial de Resistencia; una única propuesta de chasis y dos de motores ha sido la base de un campeonato sólido, de allí que tal vez la alternativa de Cosworth no ha hallado eco en algunos equipos.
La cuestión es que Cosworth tiene interés en colocar sus motores en la categoría, incluso ya tienen las reglas técnicas que entrarán en vigencia a partir de la temporada 2021, no obstante, la carencia de socios atenta contra sus anhelos. Tras convertirse en una empresa independiente, tras desvincularse de Ford, Cosworth solamente fabrica motores por encargo, la última tarea fue el V12 de 6.5 litros que instala el Aston Martin Valkyrie, así que no pueden asumir el riesgo de diseñar y fabricar un lote de motores para la IndyCar cuando no hay un negocio claro allí. En la época de la CART, IRL y ChampCar, todo fue más sencillo porque Cosworth preparaba los motores provenientes de grandes fabricantes.
En palabras de Bruce Wood:
Honda y Chevrolet se quedarán porque no tienen que gastar cientos de millones en la IndyCar, a ellos les resulta un buen negocio construir esos motores. El deporte es parte de Cosworth porque nos permite vender nuestra tecnología, pero no podemos asumir el riesgo de involucrarnos donde no nos necesitan. Hemos hablado con varios interesados, pero mientras no exista un compromiso no estamos en ninguna parte. La IndyCar no es la Fórmula 1 ni es Le Mans, acá se puede competir por las victorias con una fracción del presupuesto, pero aún así no hay interés de grandes fabricantes.
Vía | Motorsport Total